La Cultura y Deportiva Leonesa emerge como una de las novedades en Segunda División A 43 años después de su anterior participación, que se remonta a mediados de la década de los 70. Non son pocas las generaciones de aficionados que nunca habían visto a su equipo tan alto como ahora. Llega ilusionado con piel de cordero y la noble intención de quedarse justo cuando cumple su 15ª temporada en la categoría de plata. Irrumpe con fuerza con el firme propósito de la permanencia y prolongar la estancia en un lugar que tanto tiempo le ha costado recuperar. Que no sea una aventura pasajera. Fue la Aspire Academy (academia catarí de futbolistas que atesora un considerable peso internacional), que adquirió casi el cien el por cien de las acciones, la que sacó al club de Segunda B con una fuerte inversión.

El conjunto leonés pasa en cuatro años de Tercera División al segundo escalón del fútbol español después de haber recorrido una travesía no exenta de dificultades económicas superadas con la incorporación, el año pasado, del nuevo propietario. Con un respaldo social de algo más de 7.000 abonados y un presupuesto de nueve millones de euros, se rodea de una estructura consistente con el que pretende consolidarse en el fútbol profesional. Los 50 puntos se convierten en la meta que pretende alcanzar lo antes posible la Cultural Leonesa, que aplica sin titubeos un sistema de juego valiente, que raya la osadía, con la posesión del balón desde que sale del portero hasta que llega al área contraria. El cierre de espacios y los contragolpes son otras virtudes de un equipo que puede parecer una de las cenicientas de la Liga aunque con capacidad de sorprender al rival de turno.

La apuesta del entrenador, Rubén de la Barrera, es la misma del exitoso curso pasado en Segunda B. El técnico, que debuta en Segunda A, suele basarse en un 4-2-3-1, con frecuentes intercambios de posiciones de los extremos y el mediapunta. En función de cómo se desarrolle cada partido, el equipo puede defender más adelantado o más atrás. En ocasiones ejerce una presión asfixiante con la que hacerse con el cuero, la auténtica obsesión de un conjunto peligroso con el esférico en su poder..

La Cultura Leonesa ha renovado más de la plantilla para afrontar el reto de la salvación. Hasta 13 caras nuevas presenta una plantilla en la que destaca la presencia del portero Jesús Fernández, cadista la pasada campaña que cambió de aires en verano en busca de las oportunidades que no dispuso en el cuadro amarillo. Las otras incorporaciones son Isaac Carcelén, Albizua, Yasser, Manu Rodríguez, Magallán, Ouasim Bouy, Señé, Yelko Pino, Guarrotxena, Emi Buendía, Ariday y Rodri. Jugadores en su mayoría con experiencia en la categoría que, unidos a los que siguen, forman un plantel capaz de dar más de un susto. Valga como ejemplo la victoria (2-1) sobre el potente Osasuna.