Álex Fernández

El multiusos del Cádiz CF

  • El centrocampista se desenvolvió hasta en tres posiciones durante el duelo ante el Rayo Majadahonda

Álex Fernández, con el balón durante el choque ante el Rayo Majadahonda.

Álex Fernández, con el balón durante el choque ante el Rayo Majadahonda. / Lourdes de Vicente

Dani Romera protagonizó la acción determinante del partido, la que dejó los tres puntos en el territorio Cádiz CF, pero el jugador que aportó más equilibrio durante los noventa y tantos minutos del duelo contra el Rayo Majadahonda fue Álex Fernández. El centrocampista fue el soporte sobre el que se apoyó el entrenador, Álvaro Cervera, a la hora de hacer movimientos en la cancha para tratar de vencer la resistencia de un rival que lo puso muy complicado.

Cada vez que había un cambio de posición aparecía el madrileño de un lado para otro. Se adapta como un guante a las peticiones del técnico. El centrocampista arrancó el encuentro escorado a la banda izquierda -en el sitio que suele ocupar Jairo, baja por lesión-, más como un extremo que como un medio y ahí no llegó a sentirse cómodo del todo. No es su lugar natural sobre el terreno de juego aunque él, que nunca se arruga, se hizo nota desde el carril.

Álex apareció más todavía cuando Manu Vallejo pasó a la izquierda y él se colocó en el centro como segundo delantero y tercer centrocampista. Doble función. Desde esa ubicación aumentó su influencia en el juego. Hizo de todo. En ataque y en defensa, con trabajo y calidad, sin dejar en su cuerpo una sola gota de sudor. Sólo le faltó el gol para redondear la faena.

El 8 del equipo amarillo continuó en el centro en los albores de la segunda mitad y cuando Cervera quiso dar un giro a un partido que no iba por buen camino, Álex se movió a la derecha, la tercera posición que ocupó durante el partido. Fue cuando entraron Carrillo y Dani Romera.

Cuando parecía que pelirrojo se iba a mover hasta el final ese sitio, el ingreso de Ager Aketxe en el campo provocó una vuelta de tuerca más al pasar el madrileño a la izquierda. Allí empezó el partido y allí lo terminó, como un búmeran, después de desarrollar todo un despliegue de versatilidad, siempre en beneficio del equipo.

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