El Cádiz CF debe andarse con mucho cuidado porque la derrota (1-0) sufrida en el campo del Mallorca le coloca en una tesitura harto complicada en la pelea por la permanencia en Primera División.

El conjunto amarillo no emite las mejores sensaciones justo en el momento decisivo de la temporada 2022/23. El descenso a Segunda es una posibilidad cercana. Depende de sí mismo para conseguir la salvación, aunque para ello no puede permitirse más errores y mucho menos salir a un encuentro sin espíritu competitivo.

El entrenador, Sergio González, resaltó después del encuentro en Son Moix un hecho de suma gravedad. "Nos ha faltado empezar con la misma energía que ellos. Estábamos a verlas venir y nos han hecho daño en una jugada con un despiste en las marcas. Esa acción nos ha penalizado mucho", explicó el técnico sobre los compases iniciales que derivaron en el gol del Mallorca.

La pregunta que puede hacerse el universo cadista es cómo un equipo que se está jugando la misma puede saltar al césped sin la energía suficiente para competir. Las manifestaciones del técnico causan una preocupación evidente.

No hay excusa posible que pueda explicar la falta de actitud por mucho que los jugadores intentaran después sin éxito arreglar el desaguisado.

El preparador cadista alabó la respuesta de los suyos después de verse por debajo en el marcador: "El equipo dio después un paso adelante. En la segunda parte hemos sido mucho mejores, pero tenemos que aprender. Estoy descontento con el inicio y contento por el final, orgulloso por el empuje del equipo y triste por el resultado".

El problema fue que ya era tarde. Con el marcador en contra, el Cádiz CF ofreció muy poco, peleado con el gol y nulo en ataque. El pecado fue una salida indigna de un equipo que se está jugando la permanencia. Con ese mal arranque tiró el partido a la basura.

La lucha y la concentración son elementos indispensables desde el pitido inicial hasta la última jugada para tener opciones de éxito. Cualquier despiste, medio minuto sin competir, puede resultar letal. Este equipo no dio la talla en la primera de las cinco finales. En la segunda, en casa ante el Valladolid, debe demostrar si dispone de argumentos suficientes para renovar la continuidad en la élite. El primer paso es presentar batalla con corazón y cabeza.