Cádiz CF

"De futbolista vivía en una burbuja, ajeno a la realidad; mi vida fue más llena cuando lo dejé"

Manuel Botubot es feliz dándose a los demás. Es mucho más feliz ahora que cuando era jugador profesional, una etapa con luces pero también con sombras. "El futbolista vive dentro de una burbuja llevado por una corriente y no se da cuenta de nada de lo que le rodea. Yo fui uno de ellos", confiesa el gaditano, formado en el cantera cadista e integrante del equipo que logró el primer ascenso a Primera en la historia del club allá en 1977. La mayor parte de su carrera la desarrolló en el Valencia, uno de los grandes del fútbol español.

"La vida como futbolista pasa muy rápida. En su día no hice lo que quiero hacer ahora. Vivía en un mundo irreal, la vida real es mucho más ingrata de lo que es para un futbolista, que es un privilegiado", cuenta Botubot.

La vida del futbolista suele es estar limitada a una cosa. "El jugador no se fija más allá que el carril que le lleva al autobús, al entrenamiento, al hotel, al avión y a casa. Cuando la carrera de futbolista se acaba hay muchos fracasos porque después no llenan su vida. Yo tuve la suerte de que me llené más después del fútbol que cuando fui futbolista". Esa es su visión.

Botubot habla desde su amplia experiencia. "Los futbolistas viven demasiado endiosados. Se les trata muy bien, es una costumbre errónea porque la vida, cuando pasa esa etapa, después no le trata igual". Considera positivo "proyectar a la gente mi experiencia como jugador, que los de ahora lo sepan. Yo no me acordaba de nada, siempre se miraba adelante, no te parabas a analizar, te metías en el raíl y ya no parabas. Es necesario enseñar los valores de la vida". Eso sí, reconocer que las cosas "en general cambiado".

Como gaditano y cadista, Botubot es un fiel seguidor del equipo amarillo y a su juicio lo mejor es no plantear objetivos sino "ir con la obligación de hacerlo mejor cada día con un trabajo colectivo".

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