Cádiz CF

Los errores fatales que el Cádiz CF no puede repetir

Yeray remata solo en la acción del tercer gol del Athletic.

Yeray remata solo en la acción del tercer gol del Athletic. / Miguel Toña/Efe

El Athletic de Bilbao no necesitó hacer un partido brillante para pasar por encima de un Cádiz CF inocentón en el duelo inaugural de la segunda vuelta disputado en el estadio de San Mamés el pasado viernes 3 de febrero.

El 4-1 fue el fiel reflejo de la contundencia en la pegada del conjunto vasco y de la endeblez del sistema defensivo de un Cádiz CF que contribuyó a la resurrección de un adversario que llevaba tres meses sin ganar (cinco partidos seguidos), que había perdido los últimos tres encuentros y que sólo había marcado un tanto en los cinco envites más recientes.

No andaba nada fino el cuadro rojiblanco hasta que llegó el Cádiz CF para ponerle una alfombra roja en una noche aciaga. Los amarillos dieron todo tipo de facilidades y los locales aprovecharon los regalos para regresar a la senda del triunfo con una plácida goleada.

Tres de los cuatro goles de los leones contaron con la colaboración de un conjunto gaditano excesivamente errático en labores defensivas. Si ya son difíciles los partidos en la máxima categoría más aún con concesiones al contrario.

Cuando los visitantes parecían tener el control después del tanto del empate a uno firmado por Gonzalo Escalante, en la recta final de la primea mitad cometieron fallos imperdonables con los que perdieron sus opciones de puntuar.

La acción previa al 2-1 no fue digna de un equipo de Primera División. Theo Bongonda, en la línea de fondo cercana al área de su equipo, se empeñó en despejar el balón hacia el centro en lugar de buscar la banda. Un rival toco el esférico, que llegó a su propio área a los dominios de Momo Mbaye. El central también despejó mal de tal manera que el Athletic recuperó el cuero y en un abrir y cerrar de ojos Sancet no perdonó frente a Ledesma en medio de la pasividad de los hombres vestidos de amarillo

El 3-1 fue otro regalo al filo del descanso. Muniain centró el balón al interior del área en el lanzamiento de una falta que Yeray remató de cabeza al fondo de la portería completamente solo, sin que nadie le estorbase. Un tremendo fallo en el marcaje propició la cómoda definición del zaguero rojiblanco.

Y en el 4-1, una falta táctica hubiese evitado el contragolpe de un Athletic que llevaba un rato en inferioridad numérica. El Cádiz CF no fue capaz contra diez y en cambió sí recibió un tanto.

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