Cádiz CF

El Cádiz CF se congela en Vitoria y Sergio González está sentenciado (1-0)

Escalante pugna por el balón con un rival.

Escalante pugna por el balón con un rival. / Efe

El Cádiz CF encadenó su tercera derrota consecutiva con la que sumó el viernes 19 de enero ante el Deportivo Alavés (1-0). Un varapalo que, salvo milagro desconocido en el mundo del balompié, le costará el puesto a Sergio González. Son muchas, nada menos que 17, las jornadas sin ganar y la tercera seguida en zona de descenso.

No mereció perder el conjunto amarillo. Tampoco ganar. Un empate hubiese hecho justicia, pero por una cosa o por otra no le sale nada a un equipo herido de muerte que ve cómo un rival directo por la permanencia se escapa a ocho puntos. Una distancia difícil de salvar una vez comprobada la terrible dinámica que conduce a la categoría de plata salvo una reacción en las próximas semanas con el nuevo entrenador.

Un penalti absurdo de Iván Alejo al comienzo de la segunda mitad condenó a un Cádiz CF que, con pinta de Segunda División, no tuvo respuesta como es habitual cuando va por debajo en el marcador. Sin ese penalti, el duelo quizás hubiese terminado en tablas dado por los méritos contraídos por unos y otros. Pero en los últimos tiempos el que paga caro sus errores es un Cádiz CF en caída libre.

Sergio González se jugó la última carta para tratar de seguir en su puesto con cinco variaciones respecto a la última alineación, incluidas las novedosas titularidades de Joseba Zaldua y Sergi Guardiola, la primera de la temporada en el caso del delantero. Del trivote ante el Valencia volvió al clásico 4-4-2. Muchos retoques con los que intentar remontar el vuelo.

Mal, muy mal arrancó el conjunto amarillo, frío como la noche en Vitoria (temperatura bajo cero) y una vez más con evidentes síntomas de endeblez, a merced de un Alavés que se empleó en modo arrollador y anduvo cerca de inaugurar el marcador. Hasta Conan Ledesma, habitual seguro de vida, tuvo un comienzo titubeante y antes del minuto 3 un mal despeje suyo propició un zurdazo de Guridi que mandó la pelota al larguero.

La madrugadora ocasión no fue un hecho aislado. El cuero no paró de acceder al área cadista. El esprint de salida de los locales fue asfixiante y en el 11 Ledesma esta vez sí atrapó el balón con seguridad tras un cabezazo de Kike García.

Le costó asomarse en campo contrario a un Cádiz CF que en el 13 por fin dio señales de vida arriba con un flojo testarazo por alto de Chris Ramos que obligó a Sivera a meter la mano mandar el esférico a saque de esquina. Dos minutos después, Sergi Guardiola tiró fuera por poco desde el balcón del área.

Los visitantes sobrevivieron al arreón inicial del adversario y consiguieron equilibrar la balanza del juego sin hacer nada del otro mundo. Aplicaron una presión alta que por momentos dificultó la maniobrabilidad de los blanquiazules y al menos entraron en contacto con el balón. En el 22, Sergi Guardiola se libró de la expulsión de milagro tras golpear en el pecho a Duarte. Una acción absurda del ariete, demasiado agresivo, que pudo haberle costado cara al equipo.

El duelo se desarrolló por cauces de igualdad con escasas llegadas peligrosas de ambos rivales en la apuesta común por el fútbol directo. La creatividad brilló por su ausencia. Todo quedó a expensas de una jugada aislada, la estrategia, el error de uno u otro... Justo a la media hora, el acoso de Iván Alejo ante el despeje del cancerbero casi se traduce en gol cuando el balón, tras el rebotar en el cuerpo del extremo se escapó por encima del larguero de una portería que estaba vacía.

El Cádiz CF, con pocas ideas en materia ofensiva, se las arregló para llegar al intermedio con empate sin goles después de crecer en seguridad defensiva tras un preocupante inicio. Cuestión aparte era el ataque. Tenía que ganar aunque para ello debía mejorar sus prestaciones en la segunda mitad.

Los albores del segundo acto fueron similares a los del primero, con un Alavés volcado arriba. Pero el 1-0, poco después de la reanudación llegó más por demérito de los visitantes que por mérito de los anfitriones. En el 50, Iván Alejo propinó un pisotón sin sentido a Kike García dentro del área, inexplicable, y el correspondiente penalti lo transformó Rioja con un lanzamiento por el centro.

Una acción tonta del 11 amarillo puso contra las cuerdas al Cádiz CF y a Sergio González. La derrota era mortal de necesidad aunque quedaba tiempo para al menos sumar algún punto. A ello se puso el equipo con más corazón que cerebro.

El empate estuvo cerca en el 55, Chris Ramos remató fuera de cabeza mientras sufrió un claro agarrón de Duarte en el área tras agarrón. Lo único que faltaba, un penalti claro no señalado, ni siquiera avisado desde el VAR ni revisado en el monitor. Prevaleció la interpretación inicial del colegiado.

Lo tenía muy difícil el conjunto menor anotador del campeonato que no sólo careció de gol por enésima vez sino que además mostró su usual inoperancia en las labores atacantes.

Pese a los problemas para generar peligro, Chris Ramos (en fuera de juego) desperdició una clara oportunidad para hacer el empate cuando, tras un jugadón de Robert Navarro, tardó tanto en rematar solo ante Sivera que Rafa Marín llegó a tiempo para interponerse en su camino. Si no es con la testa, el gaditano no lo tiene claro.

Sergio González, al borde del abismo, dio entrada a Brian Ocampo e hizo debutar a Etta Eyong con algo más de 20 minutos por delante y poco después a Álex Fernández. Variaciones a la desesperada para intentar evitar la hecatombe. Samu, en el 77, disparó muy cerca de un poste en una tentativa de los anfitriones de sentenciar el partido.

No dejó de intentarlo un Cádiz CF demasiado inocente, ya con Negredo e Iza Carcelén sobre el césped en los últimos movimientos desde el banquillo. Con tres delanteros encaró el cuadro gaditano la recta final sin tirar a puerta para no perder costumbre y la derrota fue un hecho.

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