El mercado de invierno en el Cádiz ha arrancado con más fuerza en lo que se refiere a la operación salida que en lo que respecta a los deseados refuerzos. De hecho, en apenas unos días se han confirmado ya dos bajas en la plantilla que dirige Álvaro Cervera, mientras que por ahora no se sabe nada de los necesarios fichajes que ha pedido el propio entrenador.

En efecto, este miércoles el club ha anunciado el acuerdo alcanzado con el Elche para la cesión de Karim Azamoum al equipo ilicitano hasta final de la presente temporada, una marcha que se une a la producida en plenas Navidades por parte del portugués Salvador Agra, que regresó al Benfica antes de tiempo.

El centrocampista francés, que vino para descargar de minutos a los jugadores de la zona ancha y causó una grata impresión durante la pretemporada, al final no ha gozado del protagonismo que se presumía. De hecho, hasta la fecha sólo había participado en seis encuentros, tres en Liga, con apenas media hora sobre el césped, y otros tres en la Copa del Rey. Sin duda, un pobre bagaje.

La indiscutible titularidad del vasco Jon Ander Garrido, una vez recuperado de los problemas físicos que le impidieron actuar en el arranque del curso; la también presencia casi fija en el once del roteño José Mari, en la práctica el mejor fichaje del verano una vez superada la grave lesión que le apartó de los campos casi todo el curso anterior; la polivalencia de Álex Fernández en varias demarcaciones, y la llegada de Edu Ramos, igualmente polivalente por su capacidad para jugar como mediocentro y como central, han terminado relegando a un segundísimo plano a Azamoum, al que para colmo nunca le salían las cosas en los partidos como en los entrenamientos, un aspecto sobre el que incluso puso el acento el técnico.

Como no podía ser de otra forma, el club cadista ha deseado a Azamoum, que regresará a la disciplina amarilla el próximo 1 de julio, toda la suerte, al tiempo que le agradece su esfuerzo y profesionalidad.