La afición del Cádiz CF, de la euforia al desencanto
La hinchada cadista arropa a muerte a su equipo y lleva un disgusto al final
Garitano: "La pena es no tener premio después de un partidazo"
El partido entre el Cádiz CF y el Racing de Santander de la 17ª jornada de LaLiga Hypermotion estaba programado a la hora del almuerzo y los aficionados que no se lo quisieron perder demostraron tener hambre de fútbol. Aunque el resultado supuso un serio disgusto, el duelo entre gaditanos y cántabros fue de todo menos aburrido, con cinco goles, vaivenes en el marcador, ocasiones, numerosas cartulinas...
De los cerca de 14.000 espectadores que se dieron cita en el estadio Nuevo Mirandilla a la dos de la tarde del domingo 7 de diciembre, la mayoria como es lógico pertenecía a la parroquia local aunque se apreció una notable presencia de montañeses, repartidos entre la grada visitante y zonas de Tribuna Alta. El puente de la Constitución-Inmaculada contribuyó a una numerosa afluencia de norteños que además del fútbol y la victoria de su equipo disfrutaron de un fantástico fin de semana de sol en la capital gaditana.
El encuentro fue vibrante desde el comienzo con un ritmo endiablado que derivó en una montaña rusa. Del 2-0 a 2-3 definitivo en una tarde de locos en la que hubo lugar para la alegría y el sufrimiento y la decepción que se extiende durante la semana hasta el próximo envite (visita al Real Zaragoza el sábado 13 a las 21:00 horas).
La hinchada cadista disfrutó de lo lindo cuando vio cómo su equipo dio dos veces en la diana en un cuarto de hora inicial que no hubiesen soñado ni los más optimistas. La gente arropó como nunca a su equipo y el equipo respondió en el campo y a su vez encendió a una afición que, como los jugadores, también lo dio todo.
La comunión entre el público y el equipo fue como la de los mejores tiempos. Todo eran cánticos, aplausos. Los únicos pitos que aparecieron fueron para protestar por decisiones arbitrales que no gustaon mucho, como por ejemplo la expulsión que perdonó al visitante Iñigo Vicente.
La afición del Cádiz CF estuvo de diez en su papel de jugador número 12. Apretó al máximo y llevó en volandas a los suyos. Ni en la adversidad dejó animar el personal. Con el empate a dos en el marcador y a falta de la fase decisiva, la los seguidores se dejaron el aliento y hasta vieron cerca una victoria que se tornó derrota en un final inmerecido. De la euforia de los compases iniciales se pasó a la decepción con el tercer tanto del Racing que llegó en el minuto 93 y dejó a los amarillos sin el consuelo de un empate que hubiese sido más justo.
La afición lo dio todo y el equipo también pero la derrota dejo un amargo sabor de boca. Ese gol fatídico provocó una sobremesa indigesta a una afición que abandonó el estadio lamentándose de lo ocurrido y tratando de masticar un revés inmerecido. No había nada que reprochar a un equipo que se dejó en el verde hasta la última gota de sudor.
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