Cádiz CF

Volver a empezar

  • El conjunto gaditano encadena dos jornadas sin ganar por primera vez desde el comienzo del curso y nuevos equipos se suman a la puja por los puestos de privilegio

La Liga es larga y hay tiempo para todo hasta que cada equipo termine ocupando al final el lugar que le corresponda en la clasificación. Los méritos acumulados por el Cádiz una vez transcurridas siete jornadas del campeonato le dejan en la cuarta posición provisional con todo un mundo por delante hasta el próximo mes de mayo.

El torneo de la regularidad premia la constancia -la que ha mostrado el conjunto entrenado por Raúl Agné en un prometedor arranque- y castiga la intermitencia -en la que han caído los gaditanos en las dos jornadas más recientes-. Encontrar el equilibrio es una de las claves para aspirar a lo máximo.

El equipo amarillo se mantiene en la zona de fase de ascenso pero ha perdido dos puestos de golpe. Se venía moviendo entre la primera y la segunda plaza en las semanas anteriores hasta que la cruel derrota en Lucena -la primera de la temporada- y el empate casero el pasado domingo frente al recién ascendido La Hoya Lorca han frenado en seco la buena trayectoria de la escuadra cadista en los albores de una nueva campaña que amanece con el repetido objetivo del retorno a Segunda División A, la única solución a los males económicos de una entidad inmersa en un preocupante concurso de acreedores desde hace más de tres años.

La botella se puede ver medio llena -cuarto de la clase pese a los dos tropiezos- o medio vacía -dos posiciones más abajo tras dos encuentros seguidos sin ganar-, aunque lo cierto es que los amarillos continúan siendo uno de los principales favoritos para mantenerse vivos en la competición después de las 38 jornadas de rigor. El presupuesto -el más alto del grupo- y la configuración de la plantilla -numerosos jugadores con experiencia en la categoría de plata- elevan el nivel de exigencia.

Cinco puntos perdidos de los últimos seis disputados son la demostración de que no va a ser nada sencillo cumplir el primer objetivo, que no es otro que acceder a los play-off. Los números, que nunca mienten, reflejan un ligero retroceso de un Cádiz de dos velocidades: con pasos de gigante hace un par de semanas -era líder con 13 puntos- y a paso de tortuga en las dos jornadas recientes, en las que sólo ha avanzado un punto (ahora tiene 14) a costa de perder tres puestos. Los amarillos mandaban en la tabla con autoridad después de la quinta jornada -con un balance de un empate y cuatro victorias consecutivas- y ahora están dos puntos por debajo del Albacete, que ha recuperado la primera plaza del grupo IV, y uno por detrás de Balona y Granada B. El filial de la entidad nazarí irrumpe con fuerza en la zona de privilegio y se une a la nómina de equipos que aspiran a estar arriba a lo largo del curso.

El Cádiz ha dejado volar la distancia que había adquirido gracias a su arrollador comienzo de campaña. Hace dos semanas no sólo era líder de forma merecida, sino que además había adquirido un colchón de cuatro puntos respecto al quinto clasificado, que entonces era el Melilla, escuadra que sigue ocupando la misma plaza tras la séptima jornada pero sólo con un punto menos que los gaditanos. De hecho, los norteafricanos hubieran superado a los amarillos en la tabla de haber ganado en su visita a La Roda el pasado fin de semana.

La diferencia del Cádiz con el décimo clasificado era de cinco puntos en la quinta jornada. Dos semanas más tarde, la distancia respecto a la mitad de la tabla ha quedado reducido a dos puntos, los mismos que le separan de un liderato que deberá esperar.

Las primeras curvas de la temporada han llegado para el Cádiz, que dispone de margen para volver a la dinámica victoriosa extraviada en las últimas semanas. Desde el pitido inicial del curso, nunca habían estado los pupilos de Raúl Agné dos jornadas seguidas sin disfrutar del dulce sabor del triunfo. Es más, el Cádiz, hasta las tablas con La Hoya Lorca, había ganado todos los partidos que había acabado con once futbolistas sobre el césped. La reacción no llegó después del varapalo sufrido en Lucena.

Cuerpo técnico y jugadores tratarán de afrontar la situación con la madurez que se le presupone a un equipo fabricado como mínimo para habitar entre los cuatro primeros de la tabla. El reto inmediato es volver a ganar cuanto antes, aunque la empresa no se presenta nada fácil porque el cuadro cadista afronta el que quizás sea el compromiso más complicado desde el inicio del curso: la visita al campo del Albacete, de nuevo líder del grupo IV y otro club histórico con idéntico objetivo que los amarillos.

Tiempo hay para preparar un choque entre dos de los cocos de la categoría de bronce que medirá la temperatura de cada uno en la octava jornada del torneo liguero.

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