La vida da muchas vueltas y en los momentos más inesperados. El Cádiz impresionaba a sus rivales con su impronta goleadora y de un plumazo, sin causa aparente, ofrece ligeros síntomas de tener la pólvora mojada. Caprichos de la competición. Ha pasado de marcarle seis goles al Écija y cuatro a El Palo en dos choques consecutivos a no ver puerta ante el Lucena y La Hoya Lorca. De diez tantos en dos jornadas espectaculares -en las que además se colocó al frente de la clasificación- a ninguno en las dos siguientes que resultaron más discretas, en las que pasó del primer puesto a la cuarta plaza. Y es que cuando falta la salsa del fútbol no llegan los deseados puntos: uno de los últimos seis.

El pequeño brote de sequía goleadora no es achacable a la ausencia Airam Cabrera, ya que el equipo amarillo le marcó cinco dianas al Écija y cuatro a El Palo sin el delantero canario sobre el césped, aunque no es menos cierto que contra escuadras con mayor orden defensivo -como los dos últimos adversarios- haya pesado la baja del ariete, ya recuperado para la causa tras jugar los minutos finales en el encuentro contra el conjunto lorquino. Se supone que el tinerfeño tendrá opciones de ser titular en el próximo compromiso ante el Albacete programado para el miércoles 16 a las nueve de la noche en el estadio Carlos Belmonte.

El Cádiz había acumulado cinco jornadas seguidas con una prometedora eficacia de cara a puerta. Marcó en los duelos contra el San Fernando (un tanto), Guadalajara (uno), Algeciras (uno), Écija (seis) y El Palo (cuatro) y no ha vuelto a hacerlo. Se ha quedado en 13, con una media de 1,8 gole por partido. Ahora ha abierto una racha negativa de dos duelos sin acierto que tratará de revertir en el complicado terreno del cuadro manchego.

La tendencia hacia el secano no impide que el cuadro cadista siga siendo el segundo equipo más goleador del grupo IV, sólo superado por el Melilla, que con 16 dianas (2,2 por encuentro) lleva tres más.