Cádiz CF

El derbi del Cádiz CF: Vizcaíno vivirá en el palco un cruce brutal de sentimientos

  • El presidente espera la victoria del club en el que triunfa por encima del que le vio nacer

Gesto reflexivo de Manuel Vizcaíno, sevillano y sevillista de cuna que preside el Cádiz.

Gesto reflexivo de Manuel Vizcaíno, sevillano y sevillista de cuna que preside el Cádiz. / JULIO GONZÁLEZ

En el baúl de los deseos de Manuel Vizcaíno estaba, desde su llegada al Cádiz CF, poder sacar al equipo de Segunda B y verlo, bajo su mando, algún día en Primera División. Pues llegó ese día y, más aún, el del partido del Cádiz con el Sevilla. El equipo que preside con acierto y talante triunfalista contra el que le vio nacer. Ese que su padre, otro gran sevillista de los que ya se fueron, le enseñó a entender como una religión cuyo templo es el Ramón Sánchez-Pizjuán.

En el otro Ramón, el de Carranza, Vizcaíno medirá su capacidad para controlar sentimientos, sensaciones, recuerdos, pasado y presente... El presidente del Cádiz, desde el palco, siempre cuida las formas si marcan los suyos, pero seguro que este domingo ese estilo lo llevará con la seguridad de querer ver a los amarillos ganar al tiempo que respetando, más que nunca, a un enemigo que nunca lo ha sido aunque el calendario de la tercera jornada lo presente como tal.

Desde la profesionalidad del cargo, no debe ser fácil para un sevillano y sevillista de nacimiento estar en un Cádiz-Sevilla o viceversa como presidente del club gaditano. Desde ese palco al que, posiblemente, apuntarán muchas cámaras, Vizcaíno estará junto a Pepe Castro, ahora su homónimo y antes su presidente como dirigente en Nervión. Y la cabeza debe estar lo suficientemente fría -si es que lo consigue en un duelo con el 'corazón partío'- para no dejar escapar un gesto 'raro' -entiéndase un amago de salto de la butaca o un puño que se cierra- si marca el Sevilla. Estaría feo.

El baúl de los deseos guardaba el sueño de un Cádiz en la Liga de las Estrellas, pero con el precio de poner frente a frente los intereses del club que representa y los sentimientos que corren por las venas. Quien piense que el presidente del Cádiz no es este domingo sevillista, está equivocado. Aunque no hay que dejarse guiar por ese gran detalle porque los sevillistas que dirigen el Cádiz, que hay varios, desean una alegría en amarillo que sería una dulce derrota y no una amarga victoria.

'Dicen que nunca se rinde' y que 'la lucha no se negocia'. El sello de dos sentimientos muy parecidos a pesar de la diferencia abismal entre uno y otro. Este domingo manda el fútbol. El Carranza tendrá un aliño mayor de sevillismo que de costumbre pero, ya se sabe, 'esto es Cádiz y aquí...'.

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