Cádiz - Lugo | Ambiente

Sobresalto en pleno sueño

  • La afición, que hacía las cuentas de la lechera, se marcha un tanto decepcionada tras un partido para olvidar

Aunque la mayoría animó de principio a fin, en la segunda parte se escucharon pitos desde la grada.

Aunque la mayoría animó de principio a fin, en la segunda parte se escucharon pitos desde la grada. / Julio González

El sueño del play-off sufrió un sobresalto en plena noche, a modo de pesadilla sin el peor final posible. El cadismo hacía las cuentas de la lechera ante la visita del Lugo y, tras una contienda un tanto para olvidar, se marchó medio con el rabo entre las piernas.

Antes del comienzo del partido parecía que la presencia de espectadores estaría por debajo de lo habitual esta temporada, aunque finalmente las gradas del Ramón de Carranza presentaron un aspecto similar al de otros encuentros. En los prolegómenos, LaLiga 1|2|3 entregó el galardón de mejor jugador del pasado mes de febrero al venezolano Darwin Machis. Igualmente, el colegiado cántabro López Toca ofició antes del pitido inicial un minuto de silencio en memoria del recientemente fallecido ex directivo del club cadista Eduardo Lumpié.

Ya una vez arrancado el encuentro, el ambiente climatológico del día, más primaveral que de invierno, se trasladó al estadio, en donde la hinchada animó a los suyos y se animó a sí misma bien pronto con una magnífica doble ocasión de Manu y Álex Fernández. La ilusión se respiraba por la salida fulgurante del conjunto amarillos.

Sin embargo, a medida que transcurrían los minutos la euforia languidecía porque el control del juego no se traducía en nada potable y, sobre todo, porque el Lugo empezaba a acercarse peligrosamente a las inmediaciones de Alberto Cifuentes.

En el 18’, susto mayúsculo con una gran oportunidad del Lugo que llevó el uy a los seguidores gaditanos. Y superada la media hora, especialmente a medida que se acercaba el descanso, el aliento del graderío para espolear a los pupilos de Álvaro Cervera contrastaba con las aproximaciones de los gallegos al marco local.

A la vuelta del vestuario, el respetable acogió con optimismo el cambio de Jairo por Aketxe. En cualquier caso, en un visto y no visto se escucharon los primeros silbidos cuando el cuadro rojiblanco enlazó dos opciones seguidas.

Más madera con la entrada de Lekic por Salvi y otra sustitución, más inexplicable, al marcharse Álex y dejar su sitio a Edu Ramos. Aunque la consecuencia inmediata fue una contra bien llevada pero mal finalizada por el delantero serbio, lo cierto es que acto seguido el titular lucense sorprendió en una internada por la izquierda para adelantarse en el marcador. Mazazo para los futbolistas y para los aficionados.

La reacción del Cádiz no se hizo esperar, si bien para ser justos hay que decir que el mérito se le debe atribuir casi en exclusiva a Manu Vallejo y al gol que se sacó de la nada para empatar. El 1-1, además, dio un giro a la situación también en la grada.

Así y todo, los amarillos no estaban para tirar cohetes y hasta el final apenas crearon peligro en un par de acciones a balón parado. Poco para romper el equilibrio y para aspirar a meterse entre los seis mejores. Triste sensación sobre el tapete verde y en el graderío.

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