Con el encuentro amistoso de este domingo ante el Almería, el Cádiz puso fin a la concentración de pretemporada que ha llevado a cabo en Marbella y continuará esta semana, ya en las instalaciones de la Ciudad Deportiva de El Rosal, su preparación de cara al inicio de la competición liguera, previsto el próximo sábado 14 de agosto en el Ramón de Carranza frente al Levante.

Los amarillos, que todavía están inmersos en el proceso de conformación de la plantilla, con incorporaciones y salidas de futbolistas por confirmar, disputarán este miércoles su octavo partido del verano, contra el Atlético de Madrid en el Trofeo Carranza, y cerrará el periodo de duelos de carácter amistoso el sábado con el Burnley.

Apenas dos semanas y dos choques por delante para una puesta a punto necesaria a tenor de lo visto hasta el momento, con altibajos y dudas lógicas a estas alturas, con luces y sombras en cuanto al rendimiento de jugadores se refiere, pero con la certeza de que Álvaro Cervera se ha ganado todo el crédito del mundo para planificar el curso con la confianza del entorno respecto a que las cosas se hacen bien. El entrenador sabe lo que quiere y, tan importante como eso, los responsables de la entidad trabajan en sintonía con el inquilino del banquillo.

Las próximas sesiones servirán del mismo modo, además de para afinar la puesta a punto del grupo, para comprobar la evolución de efectivos que por diferentes razones han gozado de poco protagonismo en lo que va de pretemporada.

El objetivo, como no puede ser de otra manera, es llegar a la jornada inaugural en las mejores condiciones posibles para competir con garantías y empezar a sumar puntos en una campaña que se presume incluso más complicada que la anterior porque no habrá efecto sorpresa: los rivales ya conocen al Cádiz.