Un grupo formado por 150 aficionados del Real Oviedo que tenías su entradas para presenciar el partido en el Ramón de Carranza no pudo acceder al interior del estadio. El presidente, Manuel Vizcaíno, reconoció ayer este hecho y explicó que la Policía "decidió que no entraran por un problema se seguridad". Negó que hubiera tensión en el palco de autoridades por este motivo con la directiva del Oviedo. "El comportamiento del Oviedo fue de diez, se fueron del palco como también lo hicieron en la ida. Ellos querían que se solucionara el problema de sus aficionados, pero le damos la razón a la Policía, que es la que toma las decisiones porque tiene la seguridad en los campos de fútbol". El partido estaba declarado de alto riesgo.

Vizcaíno se mostró tajante a la hora de negar que hubiera un exceso de aforo en el estadio. "El que diga eso lo tiene que demostrar y el Cádiz emprenderá acciones. Tenemos un Consejo de Administración responsable. Hace meses decidí que el estadio tuviera dotación de tornos para tener todo contabilizado".

Sobre lo sucedido, señaló que "La Policía entendió que esos aficionados no podían estar desperdigados por una zona que estaba llena. Ese es el problema de comprar entradas por el canal que no es el habitual, el que las adquiere por otras vías corre el peligro de que ocurra eso. Vizcaíno añadió que "estoy seguro de que esas entradas eran legales. La Policía tomó la decisión y si hubo motivos de seguridad hizo lo que consideró que era conveniente".

Añadió el presidente que "igual que hay que saber ganar hay que saber perder. La afición del Oviedo y su Consejo de Administración estuvieron de diez y nos ganó porque fue mejor".