Paco Jémez, técnico del Rayo Vallecano, no ha dejado a nadie indiferente con sus manifestaciones sobre la situación que vive el fútbol, a caballo entre volver a arrancar con un protocolo que se sigue ajustando a un difícil día a día en el país y un virus que sigue haciendo estragos. Jémez, como siempre, sin pelos en la lengua.

"Imagina que arrancamos, haciendo vida normal y sale un positivo. ¿Ahora qué hacemos? ¿Seguimos o paramos?", apuntaba antes de agregar que "cómo le dices a un jugador que ha estado en un vestuario que siga jugando si ha tenido al lado a un positivo". "Y si yo me muero, ¿quién se responsabiliza? ¿El que ha hecho el protocolo?".

Las afirmaciones del preparador del conjunto rayista en el programa Estudio Estadio, tuvieron una segunda parte en El Larguero. "Hay que tener el control de la situación y ahora mismo la realidad es que no lo tenemos. Con 500 muertes todos los días si alguien cree que tiene el control creo que es un descerebrado. Con un control será entonces cuando podamos plantearnos plazos, pero los tiempos en esta tragedia lo marcan los muertos y los contagiados".

Jémez se refirió a las manifestaciones realizadas por el defensa cadista Fali, de los primeros que públicamente se ha negado a jugar mientras exista riesgo de contagio. "Lo entiendo y lo respeto, pero creo que es una minoría".

Sus palabras aumentaron la dureza cuando se refirió al planteamiento de los organismos futbolísticos de 'machacar' a test al fútbol español. "Hay gente que ha muerto y que se juega la vida todos los días sin posibilidad de hacerse test y a nosotros nos quieren hacer un test cada tres días", añadiendo que "si con el tiempo somos capaces de comprar test para todos, 'viva la Pepa’' test para todos". "Pero si no hay para los que más lo necesitan, ¿cómo los vamos a usar nosotros? ¿Cómo vamos a ser tan insensatos?".

En la parte final de su intervención, exteriorizó que debe existir más meditación en las decisiones. "Las prisas son malas consejeras. Después del tiempo que llevamos en casa, que nos metan en un hotel no es de agrado para nadie. Pero creo que habrá que hacer cosas extraordinarias, y si la solución es estar en un hotel habrá que hacerlo, aunque no me guste".