Cádiz | betis b · la crónica

Impotente ante las adversidades

  • Persecución El Cádiz pierde el liderato tras caer contra el Betis B en un partido marcado por la pésima labor arbitral Carencias Los amarillos no se sobreponen a la tempranera expulsión de Cifuentes y al posterior gol de penalti de los verdiblancos

Árbitro: Chavet García (malagueño). Auxilado en las bandas por Jiménez Real y Gómez Arias (andaluces).

Tarjetas: Amarillas Por parte del Cádiz: Aarón Bueno (17'), Dani Miguélez (18'), Enrique (22'), Carlos Caballero (30'), Fran Cortés (84') y J. Serrano (88'). Por parte del Betis B: Fran No (48'), Juanito (69') y Damián (87'). Rojas Por parte del Cádiz: Cifuentes (4') y Fran Cortés (88'). Por parte del Betis B: Bernal (42').

Gol 0-1 (19') Ryan, de penalti. Entrada en el área de Bernal y Dani Miguélez, de forma inocente, derriba al jugador verdiblanco. Ryan, con tranquilidad, engaña al portero gaditano y lanza el balón pegado al palo situado a su derecha para anotar el único tanto del encuentro.

Incidencias: Partido de la séptima jornada en el grupo IV de Segunda División B disputado en el estadio Ramón de Carranza ante aproximadamente 5.500 espectadores en las gradas. Terreno de juego en malas condiciones para la práctica del fútbol. La megafonía llamó la atención a un seguidor por la utilización de un puntero de láser.

El Cádiz no tuvo ayer un paraguas con el que protegerse de lo que se le vino encima en el partido contra el Betis B. Los amarillos sumaron su primera derrota liguera de la era Risto Vidakovic y perdieron el liderato en favor del Murcia de Iñaki Alonso, que hizo los deberes en el último suspiro ante otro filial, el Almería B.

Fueron duras las adversidades contra la que la escuadra local tuvo que luchar cuando apenas tenía sudor pegado en la camiseta. Y su estéril arma fue la impotencia: el submarino amarillo no fue capaz de salir a flote tras la tempranera expulsión de Cifuentes y el posterior gol del conjunto de Oli, obra de Ryan después desde el punto de penalti tras derribar Dani Miguélez a Bernal dentro del área.

Los cadistas, con diez, no pudieron contra el equipo de doce que formaron por momentos el filial del Betis y el árbitro del duelo, el recién ascendido Raúl Chavet García. Y pese a quedarse los visitantes también con un hombre menos antes del descanso, nunca hubo poder de reacción por parte local. Tan malo fue al árbitro como el Cádiz, y como un Betis B que en la segunda parte se dedicó a perder más tiempo del que corría en los cronómetros, pero las carencias amarillas salieron a la palestra el día que estaba señalado en el calendario para que sirviera de trampolín hacia el mundo de la ilusión.

El árbitro, basándose en un reglamento muy particular, no permitió que se diera el habitual tanteo inicial entre uno y otro equipo y, a los cuatro minutos, expulsaba a Cifuentes de forma rigurosa por una fea entrada sobre Bernal, otro de los protagonistas sobre el verde del estadio Ramón de Carranza. El Cádiz, que ni mucho menos se había quitado el bozal con el primer pitido de Chavet García, se quedaba sin ladridos y contemplaba desangelado cómo el filial verdiblanco se hacía con el balón y con la batuta que regía los tempos del encuentro.

Con diez jugadores, era Velasco quien momentáneamente recordaba su periplo en el Ceuta y se situaba en el lateral derecho para paliar la salida del campo antes de tiempo de Cifuentes. Risto Vidakovic formaría pronto una pequeña muralla defensiva con tres hombres, pero los amarillos se dedicaban a verlas venir: y las vieron venir saliendo a la contra de forma aislada y no creando peligro alguno en las inmediaciones de la meta defendida por un Adrián que ejerció más de espectador que de portero.

El colegiado seguía haciendo de las suyas, homenajeando al surrealismo arbitral, y mostraba una cartulina amarilla a Aarón Bueno cuando el que debió verla fue Diego Reyes después de haber hecho una falta a un rival tras llegar impuntual a la cita con el balón.

El Betis B había avisado a balón parado y su gol empezaba a cocinarse. Ya olía cuando en una rápida jugada visitante, Dani Miguélez, inocente, derribaba en el área a Bernal, que estaba en todas las jugadas dignas de ver repetidas por la televisión. Ryan no perdonaba y sacaba justicia de la injusticia que había salpicado al Cádiz en el arranque del encuentro.

Desde entonces, las acometidas siguieron siendo verdiblancas y de nuevo Dani Miguélez se veía obligado a intervenir, aunque esta vez con éxito. El Cádiz amagaba con ladrar en una acción de contraataque, pero el asistente señalaba fuera de juego cuando la grada volvía a emocionarse. El árbitro y sus colegas desesperaban al banquillo del Cádiz y Fernández Cubero, jefe de los servicios médicos del club, también era expulsado por decirle al trencilla "Gracias a ti vamos perdiendo". Los amarillos encadenaban amonestaciones y los béticos no veían cartulina alguna pese a repartir la misma leña.

La única ocasión clara de los cadistas era para Velasco, el más activo vestido de amarillo, pero el cordobés se quedaba en el camino en un mano a mano con Adrián. Dani Miguélez reaparecía milagrosamente y Bernal aparecía por última vez en el partido. El dorsal número 8 del Betis B emulaba a Cifuentes y veía la tarjeta roja, igual de rigurosa, por una fea entrada cometida sobre Fran Cortés.

El marcador seguía cayendo del lado visitante, pero las fuerzas se igualaban para la segunda parte y los aficionados locales ya empezaban a llevarse a la boca nombres propios como López Silva o Pachón. En la reanudación, con ambos equipos minados de efectivos, fue el Betis B el equipo que se dedicó a verlas venir. Los equipos de Oli no juegan al fútbol, pero saben del deporte rey. Y el filial verdiblanco no parecía un filial. De hecho, pareció tener más experiencia que un Cádiz mucho más veterano que no supo jugar nunca de tú a tú.

López Silva no arregló nada tras relevar a Enrique y Pachón sustituyó a Aarón Bueno a falta de un cuarto de hora. Y no tocó bola. Los centros, con o sin delantero, no tuvieron repercusión. Y sólo Velasco merodeó con hambre de gol por el área rival. Fran Cortés, que acababa de ver una tarjeta amarilla, también se iba a la calle por tirarle el balón a un adversario con el juego parado. Roja directa.

El Betis B perdía tiempo y el Cádiz perdía tres puntos y el liderato.

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