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Escasez de gol y solidez defensiva

  • Los dos equipos comparten debilidades y fortalezas, por lo que la clave radica en marcar primero

Álvaro García disputará su tercer partido contra el Reus con la equipación cadista.

Álvaro García disputará su tercer partido contra el Reus con la equipación cadista. / lourdes de vicente

Los avatares de cada partido con inescrutables, pero los recorridos que dibujan tanto el Cádiz como el Reus en las primeras 13 jornadas del campeonato de Liga son el presagio de un pulso nivelado, con un estrecho margen para la sorpresa y el predominio de las precauciones defensivas por parte de dos bandos que si algo priorizan es dar esquinazo a la derrota. Y desde ese prisma el punto de partida es cerrar la propia portería antes de pensar en la contraria.

Una de la carencias que comparten gaditanos y reusenses es su dificultad para ver puerta en los compases iniciales de la temporada. Nueve goles acreditan los anfitriones y una decena los que hoy desempeñan las funciones de visitante. Ambos alejados del tanto por encuentro y ubicados en el furgón de cola de los anotadores del torneo.

Las pobres cifras en ataque contrastan con los solventes números en la retaguardia. A los dos les cuesta marcar aunque tienen algo más en común: sobresalen por ser de los equipo menos goleados de Segunda División A: diez dianas en contra los de Álvaro Cervera y 11 los de Aritz Lopez Garai, también con una media menos de una por partido. Otra de las similitudes entre unos y otros es su ordenado sistema defensivo, dotado de una notable intensidad, que suele minimizar las virtudes ofensivas del rival de turno.

El choque se desarrolla en un contexto de escasa puntería y de eficacia defensiva que aumenta la relevancia del efecto del primer gol si es que lo hay a lo largo de los 90 minutos. Marcar primero es la clave. El que sea capaz de adelantarse dispondrá de un alto porcentaje de probabilidades de sumar los tres puntos.

El reciente envite desarrollado en el estadio del Almería es un fiel ejemplo. En un partido de contención, en el que el Cádiz no se sentía nada cómodo, el rumbo cambió de manera radical a raíz del primer gol de Salvi siete minutos antes del descanso. Con el marcador a favor el conjunto amarillo se desenvolvió con más eficiencia y supo jugar con los nervios del adversario.

Ir por delante permite mantener la filosofía de juego, sin exponer más de la cuenta. Ir por detrás obliga a llevar la iniciativa y dejar espacios atrás, una situación que a los jugadores de Cervera no le va nada bien.

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