Son conocidas las diferencias que parecen insalvables entre el presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, y el ex apoderado de Locos por el Balón, Carlos Medina, que desempeñó un papel relevante en la irrupción de esa empresa en el club en diciembre de 2013 y en el nombramiento de Vizcaíno como presidente. La relación entre ambos es tan mala que ha llegado al extremo de que no existe contacto entre ellos. Lo extraño de esta situación es que el mandatario cadista ha realizado en reiteradas ocasiones una oferta a Elena Medina, hija de Carlos Medina, para que trabaje como comercial en el club, una oferta que el propio presidente llegó a reconocer en su día a este periódico y que en ocasiones realizó en presencia del consejero Fran Canal.

La respuesta de Elena ha sido un no tajante por más de un motivo. Uno de ellos es que, según la empresaria, el presidente "no ha cumplido su palabra" en relación con los contratos firmados con ella y con su empresa, "anulados de manera unilateral" por el dirigente cadista, "amenazándome incluso con demanda judicial". A Elena Medina le extraña que Vizcaíno insistiera en su oferta laboral después de anularle esos contratos -con el envío de dos burofaxes- y adeudarle dinero en relación con dichos contratos. Otra causa de la negativa es que según la carta enviada por Elena Medina a Vizcaíno, éste "habla mal tanto de mí como de mi padre, al que no voy a abandonar como me pedía por la exclusividad en su oferta de trabajo y pese al dineral que me ofrecía".