Raúl Agné apenas dejaba que su rostro desvelara el estado de ánimo del entrenador cadista a la llegada a la sala de prensa. Parecía un personaje pintado por El Greco, hasta el punto de que un periodista sanluqueño le preguntó por los motivos de su seriedad tras haber vencido por 0-3. La respuesta fue la siguiente: "Estoy muy contento, pero eso va por dentro. Es cierto que hemos aprobado una cuenta pendiente, pero no me vuelvo loco porque todavía nos queda mucho por delante para cumplir nuestro objetivo".

El aragonés justificó que se tardara en tomar el mando de la contienda: "Sabíamos que iban a salir fuertes, pero también que el partido se iba a terminar abriendo. Y así ha ocurrido, porque en la segunda parte dominamos por completo. Ellos tuvieron un par de oportunidades, pero eso es normal porque jugábamos fuera. Estoy muy satisfecho por haber recuperado las sensaciones como visitantes ante un rival que demostró mucha casta y nobleza".

A continuación aclaró que la sustitución del descanso tuvo un doble motivo: "Cambié a Nafti por dos cosas, la tarjeta amarilla que había visto y la búsqueda de un perfil más ofensivo con la entrada de Jorge Luque. Creo que el equipo ha estado a la altura y es para celebrarlo".

La hinchada amarilla estuvo con su equipo en El Palmar al acudir un elevado número de aficionados, algo elogiado por el técnico del Cádiz: "Se agradece mucho el apoyo que hemos recibido desde las gradas. Han venido gastándose el dinero de la entrada pero creo que ha merecido la pena".

La tercera visita liguera del Cádiz en toda su historia al conjunto verdiblanco se saldó con el mismo marcador que las dos precedentes, un 0-3 que ya se ha convertido en costumbre: "Parece que mi abuela tenía la razón al utilizar tanto los refranes. Hoy se ha demostrado que no hay dos sin tres, aunque se trate de una coincidencia porque lo importante era conseguir la victoria, no el marcador".