Cádiz CF

Claudio sufre su segundo momento delicado en el club

  • La entidad, que hace mes y medio buscaba sustituto al entrenador, no se plantea ahora su destitución

El Cádiz está considerado como el Real Madrid o el Barcelona de la Segunda División B aunque esta temporada no esté haciendo valer su condición de equipo grande en la categoría de bronce. Si una derrota de blancos o culés suele levantar ampollas, lo mismo sucede cuando el equipo amarillo pierde un partido en el tercer escalón del fútbol español. La situación se agrava si llegan dos varapalos consecutivos, como es el caso del Cádiz por segunda vez esta campaña.

Los tropezones seguidos ante el Betis B y la Balona vuelven a colocar a Claudio Barragán en un escenario complicado. La permanencia de un entrenador en el banquillo depende de los resultados y cuando éstos no llegan las críticas se focalizan sobre el responsable de la plantilla. La afición cadista salió enfadada de la Ciudad Deportiva Luis del Sol y todavía más indignada del Municipal de La Línea. En el municipio campogibraltereño, hubo seguidores esperaron al pie del autobús para increpar a los jugadores y al técnico. El valenciano se llevó la peor parte al ser increpado con gritos en los que pidieron su marcha. El míster vuelve a sentir la misma presión producida tras las derrotas seguidas ante Granada B y Algeciras, acompañadas por sendos empates ante Villanovense y La Hoya Lorca con un triunfo entre medias frente al Marbella. Cuatro partidos sin ganar de cinco colocaron en el disparadero al entrenador e incluso el club se movió en busca de un sustituto que al final no llegó porque el equipo reaccionó con un póquer de victorias. Esos cuatro triunfos antes de volver a encadenar fracasos pueden servir de red de salvación para Claudio, aunque un nuevo revés en casa el próximo domingo volvería a situar al preparador cadista al borde del abismo.

En el club hay preocupación por la marcha de un equipo que no termina de funcionar, que ofrece poca consistencia y que acaba de perder contra adversarios de la zona media y baja de la clasificación. En la entidad cadista apuestan por mantener la cabeza fría, pero la presión de la grada podría llegar a ser insoportable en caso de una tercera derrota seguida. La idea de los dirigentes es seguir con el entrenador entre otras cuestiones porque no hay dinero para su rescisión y contratar a otro. Pero si la dinámica negativa se prolonga, la situación podría dar un giro.

Claudio siempre ha sostenido que los entrenadores dependen de los jugadores. En manos de los futbolistas está el regreso a la normalidad de la victorias.

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