Carnavalero pero, sobre todo, cadista. Manolo Santander presentará mañana el Trofeo Carranza en un mar de tormentas por todos los cambios que está viviendo el club. No quiere ilusionarse, pero espera que estos sean favorables al equipo.

¿Cómo se siente al haber sido el elegido para la presentación del Trofeo este año?

La verdad es que ha sido un poco precipitado. A uno le gustaría que estas cosas se dijeran con más tiempo para ponerle más cariño, pero uno no puede echar arena en algo tan arraigado como el Trofeo, y menos en estos momentos donde cualquier ayuda es poca.

¿Es para usted un orgullo que, después de tantos años, su himno no oficial del Cádiz siga resonando en el Ramón de Carranza?

Eso es quizás lo mejor que me ha pasado en todos los años que llevo de carnaval, como ya he dicho muchas veces, pero ya no lo siento como si fuera mío. Cuando la gente canta muchas veces una canción, la hace suya. La escuchas sabiendo que es tuya, pero parece que es de Cádiz.

¿Tiene ya algo preparado para el pregón? ¿Tendrá algo que ver con el pasodoble cadista?

Lo tengo ya hecho, aunque no he escuchado ninguno de los anteriores y no tengo ni idea de cómo habrán sido, pero supongo que los pregoneros habrán hablado sobre la historia del Trofeo y de los hechos. Yo le he dado un punto de vista mío particular, y no lo he hecho excesivamente largo para no agobiar a nadie con la calor que hace, que en un salón de actos puede ser terrorífico. En él hablo más bien de mi, de los Trofeos vividos de pequeño con mis padres y todo lo que había alrededor de éste. Como digo en el pregón, es una fiesta que está alrededor del fútbol pero que, muchas veces, tiene poco que ver con éste.

¿Le gusta cómo se está confeccionando el equipo para la próxima temporada?

(Risas) Yo creo que el equipo es el que hay. Nos venden temporadas en las que vamos a tener una plantilla increíble, que nos vamos a salir, que de Segunda B vamos a ir directamente a la UEFA y después es un chasco terrible. El nuevo dueño es toda una incógnita y la única esperanza es que haya desertado Muñoz del club, porque tan mal como él es imposible hacerlo.

¿Cree que, pese a los precios tan asequibles de las entradas, la gente asistirá a los partidos para ver a los equipos invitados?

El tema es complicado y es una de las cosas que menciono en el pregón. Los Trofeos están ya un poco pasados de moda, el formato está un tanto obsoleto. Si el Cádiz estuviera en Primera, eso animaría más a la gente, porque la gente está tiesa y me da a mi que va a ser complicado que el Trofeo se llene.

En lo que va de verano, sólo se han renovado unos 2500 abonos en el club. ¿Piensa que la crisis juega aquí un papel importante o se debe más bien a los cambios que está viviendo el club, tales como el cambio de dueño?

La afición ha aguantado carros y carretas y alguna vez tenía que reventar, además de que nadie tiene un duro. Aunque creo que si se hubieran bajado más los precios, no te creas que la respuesta hubiera sido masiva, porque la gente terminó el año pasado muy quemada, al menos en el círculo donde me muevo yo. La gente ha dicho basta tras muchos años escuchando la misma historia y falsas promesas. Ha llegado el momento entre escoger privarte de algo y hacerte socio y salir a tomar algo, porque la gente no está bien económicamente, y me parece a mi que quien va a salir perdiendo es el Cádiz. De todos modos, la gente en Cádiz es como es, y si el Cádiz ganara diez partidos seguidos, el estado se llenaría, pero Gaucci se puede sorprender con la reacción de la gente.

¿Va a volver al Falla?

Esa pregunta es pronto para hacerla, porque nunca he pensado en el Falla hasta pasado agosto. Pero la cuestión de ir o no al Falla ya no es sólo por el carnaval. Son demasiadas cuestiones personales y laborales, y uno no se puede embarcar en proyectos para que luego a la mitad te dé una paranoya y los quieras dejar. Lo que tengo claro es que tengo que tener muchas ganas para salir.

¿No lamenta que justo este año, el primero que no participa en el concurso después de 30 años, le coronen con tantos premios?

No sé si habrá sido casualidad, ya que no me he presentado a ninguno de los premios, pero ha sido el honorario más bonito que he vivido en carnaval. Ha sido apoteósico.