De un campo para entrenar y que juegue la cantera al monstruoso Santiago Bernabéu. Ese salto es el que esta temporada van a dar el Cádiz CF y los restantes equipos que la pasada campaña estaban en Primera División. El campo principal de Valdebebas es historia para la competición oficial desde que se supo que regresaba el público a los estadios. De un feudo más propio de categoría semiprofesional a uno de los más espectaculares de Europa. Se dice de Madrid al cielo. Para el Cádiz CF será de Valdebebas al Bernabéu.

Hace un año en el campo Alfredo Di Stéfano, el conjunto de Álvaro Cervera daba una de las grandes campanadas de la temporada al vencer 0-1 a todo un Real Madrid. Sin espectadores y con la confianza de que el cruce contra los amarillos iba a ser un partidillo de los jueves, Cervera se comió a Zidane sin balón y con dos pelotas. El gol de Choco Lozano silenció aún más a una ciudad deportiva en la que el pequeño se hizo grande.

Pero algo más de un año después el Cádiz CF regresa a la capital de España para verse con el Rey de Europa, uno de los grandes del planeta fútbol. Esta vez Valdebebas quedará lejos porque el destino del equipo gaditano será en la Castellana. No parece que vaya a ser un paseo. Los jugadores del Cádiz CF tendrán la oportunidad de ver, fotografiarse, pisar y competir sobre un campo que la flor y nata del balompié ha llevado a los altares del fútbol mundial. Esa ocasión única de plasmar un recuerdo estará presente en los cadistas que se vestirán de corto. Luego, cuando la pelota ruede, competir hasta donde se pueda y deje el adversario.

En 2020, con la pandemia golpeando fuerte y un estado de alerta sanitaria por las nubes, el Cádiz CF tuvo que acudir al Alfredo Di Stéfano -algo así como jugar en el campo Ramón Blanco pero con más prestaciones-, donde armó el taco mezclando con acierto todo lo que hace falta para que los astros se alineen como sucede muy pocas veces en la vida.

Cuando el Cádiz CF se presente este domingo en el corazón de Madrid se encontrará un Santiago Bernabéu abierto en canal, con cicatrices claras de una herida necesaria que cura a un ritmo lento y con cierta limitación empezando por el aforo, nada que ver con los más 80.000 de antes de esta macro operación a cargo de Florentino Pérez. El monstruoso estadio aún no ruge como quiere el presidente, pero es un escenario que en nada se parecerá a la frialdad de Valdebebas, más parecido a un tanatorio en medio de la madrugada.

Los pupilos de Cervera tendrán que competir contra un enemigo temible y un escenario abrumador. Hace 40 años, antes de un decisivo Elche-Cádiz para el ascenso a Primera, el inolvidable Milosevic colocó el balón en el césped en la antesala del inicio y demostró a los jugadores del Cádiz CF que el griterío de los más de 35.000 espectadores no provocaba que el balón se desplazara. Es una lectura válida pero a medias; al Cádiz de 1981 le fue bien porque a lo mejor al Elche le pesó más que ayudó ese respaldo. A todo un Real Madrid no le va a pesar que más de 50.000 personas -el aforo debido a las obras- le lleven en volandas en busca de goles y espectáculo ante el modesto Cádiz CF.

Valdebebas es historia y el Santiago Bernabéu se convierte en un presente que gusta más a los cadistas del césped y de la grada -ahí no existe discusión-, pero que, a priori, aleja la posibilidad remota y soñada de repetir la campanada de hace un año. Aquel, día, aquel gol de Choco Lozano hizo que el Cádiz CF pudiera decir aquello de "yo gané en una visita al Real Madrid". Por lo tanto, el reto de esta jornada es intentarlo de nuevo pero en un escenario en el que las gradas se pierden con las estrellas del césped y las del cielo; es lo que tiene el feudo de la Castellana. Un estadio que huele a Copa de Europa, a Liga de Campeones... al mejor club de la historia.