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"El Betis llegará tocado"

  • Carlos Suárez, jugador del Estudiantes que ha sufrido en sus carnes la gripe A, cree que el equipo de Antonio Tapia "no jugará al cien por cien" en Carranza · "Estarán todavía algo convalecientes", asegura

Tan inusual es ver una fotografía de un jugador de baloncesto en la información del Cádiz como el hecho de que un equipo de fútbol se vea salpicado en buena parte por un virus, por muy pandémico que este sea. Carlos Suárez, alero del Estudiantes, respondía ayer a la llamada telefónica de este periódico algo extrañado. "¿De Cádiz?", preguntó un par de veces, como si repartiera sus palabras en dos tiros libres. "Sí, de Cádiz".

Lejos queda la ACB en la Tacita de Plata, pero cada vez más cerca la gripe A, enfermedad que ha padecido el Betis, rival del conjunto de Javi Gracia este domingo en el estadio Ramón de Carranza, y enfermedad que dejó atrás hace muy poco el alero de Aranjuez. Mucho se está hablando esta semana de cómo pueden visitar los futbolistas verdiblancos a los amarillos. Y qué mejor manera de hacerse una idea que escuchando a un deportista profesional que ha sufrido el virus H1N1 en sus carnes. Recientemente. "El Betis llegará tocado", resumía Carlos Suárez dando el titular a la información principal del Cádiz que va ilustrada con la fotografía de un baloncestista, la suya. "Pierdes entre tres y cuatro kilos de peso y físicamente te pasa factura a la hora del partido, a la hora de esforzarte. No jugarán al cien por cien", aseguraba.

El jugador de Estudiantes, que con sus 202 centímetros no le vendría nada mal a la defensa, o al ataque, de cualquier equipo de fútbol, no tenía que tirar mucho de memoria para hablar con propiedad de la gripe A: "Es menos virulenta que la normal, pero mucho más contagiosa. A la vista está. Cuando en el vestuario nos enteramos de que en el Betis la habían pillado tres futbolistas, todos dijimos que no iban a tardar muchas horas en caer como moscas. Lo malo, más allá de los problemas físicos individuales, es que la situación te obliga a diferenciar grupos en los entrenamientos, a partir la plantilla en dos. Yo fui de los que más fuerte la cogió y estuve tres días con 40 grados de fiebre, cuando mis compañeros apenas pasaban de los 37. Y algunos, como habrá pasado en el Betis, incluso ni la pillaron".

Carlos Suárez recordaba que su equipo no dio la talla la semana siguiente del partido suspendido ante el Gran Canaria. "Contra el Joventut perdimos porque ellos fueron superiores, jugaron mejor que nosotros. Pero ya digo que notas que el fondo físico no es el que sueles tener si estás en forma y has entrenado con normalidad. Has perdido tres o cuatro kilos y ese dato no pasa desapercibido en tus movimientos", recordaba con cierto interés el joven alero de Estudiantes.

Lo que descartaba el internacional español en las categorías junior y sub'20, invitado además por Sergio Scariolo a la concentración de preparación del Eurobasket absoluto de septiembre en Polonia, que tuvo lugar en San Fernando, era que el partido no se dispute. "Ya se ha suspendido uno, como nos pasó a nosotros, y el hecho de que no haya infectados dos días antes del encuentro alejará cualquier posibilidad de aplazamiento", explicaba Carlos Suárez, que se despedía de Diario de Cádiz lanzando un aviso para los navegantes del submarino amarillo: "A pesar del contexto, si yo fuera futbolista del Cádiz no estaría muy confiado, aunque está claro que los jugadores del Betis estarán todavía algo convalecientes este domingo. Las confianzas nunca son buenas".

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