Valcárcel y los depósitos de tabaco de Cádiz pierden sus tejados
Avanzan las obras de ambos edificios históricos que serán reformados para albergar nuevos usos
La UCA decidirá qué actividad aloja en Valcárcel
Una clave en la arquitectura que sirve de premisa para la vida misma es que las casas no se empiezan por el tejado. Pero en materia de rehabilitación, la cosa cambia radicalmente; así lo demuestran dos de los grandes proyectos que han empezado a ejecutarse en Cádiz, y cuyas obras son visibles precisamente por el estado de las cubiertas o tejados. Se trata de dos destacados edificios en la trama urbana de la ciudad que acaban de iniciar un proceso de transformación que aún necesitará de muchos meses para albergar nuevos usos y actividades en su interior.
El proyecto que cobra más importancia es la reconversión del histórico edificio de Valcárcel. La primera de las actuaciones acordadas por las administraciones e instituciones implicadas en esta recuperación (Junta, Ayuntamiento, Diputación y Universidad) suma semanas de trabajos, que cada vez son más contundentes y visibles.
Fuentes consultadas han asegurado que las obras, encomendadas a la empresa pública Tragsa, están cumpliendo los plazos previstos hasta el momento. Y, de hecho, se puede decir que esta semana ha arrancado una nueva fase que será muy llamativa, porque consiste en el derribo de las naves anexas al edificio, que colindan en la parte trasera con la calle José Celestino Mutis.
Esta actuación se incluye en estos trabajos de consolidación y rehabilitación integral de Valcárcel, y está dirigida a convertir esos antiguos talleres del centro educativo en una plaza pública que urbanizará el Ayuntamiento.
Estas naves traseras están ya sin cubiertas, que han sido retiradas en su totalidad durante el mes de octubre, en una operación siempre delicada al estar afectadas por el amianto. Y el pasado jueves hacía entrada en Valcárcel una retroexcavadora de grandes dimensiones que es la que se va a utilizar para el derribo de estas edificaciones. Para ello, previamente se está procediendo a habilitar una canalización subterránea para la línea eléctrica de esa fachada, que finalizará en estos días para dar comienzo, ya sí, al derribo de las naves.
A la espera de esta actuación que abrirá un nuevo espacio público en la ciudad y que mostrará una fachada hasta ahora oculta de Valcárcel, en el histórico edificio se sigue también trabajando en esa consolidación estructural y rehabilitación. A este respecto, fuentes de la Diputación Provincial han avanzado que en los próximos días empiecen a llegar las nuevas vigas metálicas y resto del material que se necesitará para renovar o construir los nuevos forjados.
Conviene recordar que esta obra de Valcárcel tiene un plazo previsto de un año (hasta septiembre u octubre de 2026, por tanto), sumando un presupuesto de 5.830.467,26 euros, que asumen la Diputación y la Junta de Andalucía. Con ese dinero y en ese tiempo además de derribar las naves traseras se va a ejecutar la consolidación de la envolvente del edificio, incluyendo intervenciones de carácter estructural como la sustitución de los forjados de cubierta y de las diferentes plantas que presentan mayor grado de afección estructural; así como la consolidación y restauración de las fachadas exteriores e interiores y los trabajos de impermeabilización y saneamiento de las cubiertas. E igualmente está prevista la iluminación monumental del exterior como fase final de esta intervención de Tragsa.
De este modo, a priori, en el otoño de 2026 Valcárcel estará en condiciones de acoger el nuevo uso, que aún tiene que definir la Universidad de Cádiz y que determinará una nueva fase del proyecto ya en el interior del edificio para adaptarlo a las necesidades que plantee ese uso universitario que defina la UCA (y que en principio podría ser para acoger la nueva facultad de Farmacia que la Universidad está tramitando para empezar a impartirlo en el curso 2028-2029).
Los depósitos
En otro punto de la ciudad, en la zona de extramuros, también ‘luce’ sin tejado otro histórico edificio. En concreto, los antiguos depósitos de tabaco situados en Loreto; o parte de ellos. Esta operación consiste en la transformación de esos grandes almacenes de tabaco en un centro social, económico y cultural como pretende el Ayuntamiento desde hace años. De este proyecto ya se conoce la primera fase, que se mostró en unas jornadas ciudadanas el pasado septiembre, y recientemente ha comenzado la obra de la segunda mitad de ese futuro centro dinamizador.
La obra afectará a la mitad de la nave 5 que no se pudo hacer con la Edusi, y que ha sido ya desprovista del tejado para retirar el amianto y para construir una nueva estructura que garantice la estabilidad y la estanqueidad del edificio, y a la nave 2 en su totalidad. Unos trabajos que financia en gran parte del plan Pirep del Gobierno estatal al que pudo acogerse el Ayuntamiento tras el notable incremento de gastos del proyecto que inicialmente se iba a hacer en su totalidad con cargo a la Edusi. 3,6 millones de euros, en concreto, costarán estos trabajos que realiza la empresa Group 21 S.L., de los cuales 2.784.422,91 euros corresponden al Pirep y los algo más de 800.000 euros restantes al Ayuntamiento.
Con un plazo de ejecución de obras previsto de un año, los trabajos afectan a un total de 3.374 metros cuadrados, los que abarcan la mitad de la nave 5 (paralela a la Avenida de la Sanidad Pública) que se destinará a “un servicio de inclusión social con asesoramiento en materia empresarial, formación y empleo” dotada de usos múltiples que serán compatibles con puntos de información a la ciudadanía, actividades de formación, de selección de personal, castings o exposiciones; y la nave 2, paralela a la ya rehabilitada con la Edusi, que tendrá un uso cultural, para lo que se ha proyectado una zona polivalente que tendrá compartimentación móvil para adaptarse a la demanda del evento, bien como un espacio único o dos de dimensiones más reducidas, mediante la construcción de un “cuerpo móvil de gradas” que permitirá que esas gradas puedan disponerse en un emplazamiento u otro en función del uso (y el espacio) que vaya a tener la nave en cada momento.
En definitiva, esta nueva fase (y final) del proyecto municipal para estos antiguos depósitos busca la descentralización del casco histórico, habilitando para ello “un importante contenedor de equipamientos en extramuros, acabando con carencias detectadas en este ámbito” concebido como “un nuevo espacio multifuncional orientado a la cultura, sector empresarial, ocio, formación, turismo y energías renovables desde un enfoque social, priorizando la lucha contra la desigualdad de oportunidades, la exclusión social y el desempleo, y teniendo en cuenta los colectivos vulnerables en la zona (jóvenes en riesgo de exclusión, personas dependientes, mujeres…)”.
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