Los efectos de la pandemia en el turismo en Cádiz

Adiós a un agosto que no parecía agosto

  • Termina el mes fuerte del verano con una importante reducción del número de turistas, especialmente los internacionales

  • Se rompe la tendencia de crecimiento de los últimos años

La playa de Santa María del Mar en Cádiz ayer domingo.

La playa de Santa María del Mar en Cádiz ayer domingo. / Jesús Marín

La Catedral volvió a abrir sus puertas hace apenas unos días, tras meses de obligado cierre por la pandemia, y algo que era ya tan habitual como una cola de personas esperando para visitar el templo acabó siendo foto de portada.

Porque lo que había sido normalidad en su día ahora, con la "nueva normalidad" nos acaba por llamar la atención. "¡Mira, un guía rodeado por muchos turistas!", exclamamos cuando nos lo topamos por la calle Plocia, en San Juan de Dios o por una calle Compañía siempre repleta de viandantes (y cada vez más manteros), cuando la presencia de estos grupos era también norma habitual no sólo en los viejos verano de antes, sino durante todo el año.

Porque hoy cerramos un mes de agosto atípico. Como nunca lo hemos vivido ni en Cádiz ni en el resto de España, desde hace décadas.

Lejos de la incidencia esporádica que en algún estío ha tenido un levante persistente a la hora de provocar la huida de los visitantes de nuestra ciudad, en esta ocasión la dureza de la pandemia de coronavirus se ha llevado por delante las esperanzas que podían tener los hoteleros y hosteleros de amarrar algo un año que ya se sabía complicado tras los meses de cierre obligado por el estado de alarma.

Los cerca de 300.000 turistas que han ocupado nuestros hoteles entre los meses de junio y julio, los de la capital y los del resto de la provincia, han situado a Cádiz entre las tres provincias preferidas por los turistas, en su gran mayoría nacionales. Ello, en parte, ha beneficiado a la capital donde los visitantes son mayoritariamente españoles. Agosto, por lo menos en su primera quincena, sin duda mantendrá esta línea.

Ello ha permitido ver las playas gaditanas con una entrada más que aceptable muchos días, y los bares y restaurantes incluso con lista de espera. A ello ha ayudado la autorización del Ayuntamiento, como ha pasado en muchos municipios costeros, a muchos hosteleros a ampliar sus terrazas, aunque haya sido en detrimento en algunos casos del paso de los viandantes.

Pero esta presencia de turistas y de muchos gaditanos que no han dejado a ir de tapas y copas, no obvia que este agosto no es el que se esperaba cuando terminó el año pasado, con 2019 superando récord en hoteles y hostelería en la ciudad, convirtiéndolo en un mes de agosto que no se parecía a agosto.

Septiembre, que en los últimos años se había convertido en un apéndice aceptable para los dos grandes meses del verano, se presenta igualmente incierto como ha sido todo el estío en cuanto a ocupación de la planta hotelera. La incertidumbre en la evolución de la pandemia, que en agosto ha tenido en la provincia sus peores datos de contagio desde la declaración del estado de alarma, deja también en el aire la visita de turistas en número suficiente para hacer viable el mantenimiento de hoteles, bares y restaurantes. Sólo el buen tiempo en los fines de semana puede animar a realizar visitar cortas a la ciudad y ayudar a salvar el mes.

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