Durante los meses del confinamiento el Ayuntamiento transformó el Centro Elcano en un complejo de acogida para personas sin hogar. Allí, durante estas semanas, fueron atendidas en sus necesidades más inmediatas a la vez que se organizaron talleres y charlas para intentar normalizar la vida de este colectivo, que supera el centenar de personas en Cádiz.

Una parte de salió del confinamiento con un empleo, una casa o retornaron al ámbito familiar. Otros prefirieron volver a la calle. Y poco a poco han ido ocupando los espacios urbanos que les servían de alojamiento antes de la pandemia.

En el último mes ha sido evidente el incremento de los sin techo por diversas zonas de la ciudad. Han vuelto a ocupar los arcos de las bóvedas de Santa Elena, la zona de la plaza de la Tortuga, el foso del Pelícano en el frente de la Puerta de Tierra, puntualmente los jardines de Canalejas, y como casos individuales se ha ocupado algún portal de oficinas en la Avenida. Y junto a ellos, varios miembros de este colectivo se han asentado en el Paseo de Carlos III, lo que ha encendido las señales de alerta por el estado de abandono que han provocado en una zona muy visitada por el turismo, tan necesario en esta época de crisis.

En la pérgola del parque Genovés vivían varios sin techo.

Estos últimos, y algunos que se han localizado en el parque Genovés, habían sido desalojados por la Policía Local de la Pérgola de Santa Bárbara tras sufrir esta un incendio hace unas semanas. Los sin techo se desperdigaron por las cercanías, buscando un nuevo espacio donde ubicarse. Muchos de ellos son, se destaca desde el Ayuntamiento, "casos cronificados, que acumulan muchas pertenencias y algunos están asociados a problemas de salud mental".

El área de Servicios Sociales preparó la salida de este grupo planteándoles alternativas, como reservando ocho plazas en el albergue municipal, de las que finalmente sólo fueron ocupadas tres.

"Los más problemáticos no quieren atención. Son personas a las que nos cuesta llegar. A veces los técnicos tardan semanas en ganarse su confianza a la horade conseguirles documentación o plantearlas ayudas", destaca la concejal de Servicios Sociales, Helena Fernández, que evidencia que prevalece el derecho de estas personas sobre actuaciones más estrictas que plantean algunos ciudadanos y que, en todo caso, chocarían con la legalidad.

"Es cierto que como van con todo a cuesta, cargados de cosas y dejándolo todo esparcido (como ha pasado en el paseo de Carlos III), resulta muy llamativo, pero ni los Servicios Sociales ni la Policía Local pueden actuar para desalojarlos de la vía pública salvo que se produzca un problema de salud pública o haya un riesgo de seguridad para estas mismas personas", advierte la edil.

Un claro ejemplo son los arcos de las bóvedas de Santa Elena. Desde el Ayuntamiento se asume el impacto visual que suponen todos estos toldos cubriéndolos, con gente viviendo dentro (aunque lo cierto es que lo mantienen en su mayoría con un alto grado de limpieza) en una fortificación declarada Bien de Interés Cultural, que debería de ser uno de los grandes puntos de atracción para el turismo en la capital.

Aquí se está viendo la viabilidad de plantear que la permanencia en estos arcos puede suponer un riesgo para los sin techo. Lo cierto es que con la gran mayoría ya han contactado los equipos de calle de los Servicios Sociales, incluso muchos estuvieron alojados en el Centro Elcano durante el estado de alarma y conocieron de primera mano los servicios asistenciales que ofrece el Ayuntamiento "hasta el punto que muchos acuden para asearse al Centro del Día", indica Fernández.

Enseres de un sin techo que duerme en la Avenida.

En el análisis que se hace del comportamiento de este colectivo se destaca la necesidad que tienen muchos de ellos de buscar asentamientos con otros sin techo, lo que implica para ellos una forma de compañía y, también, de seguridad común. La cuestión es que en este caso este asentamiento se ha creado en una de las zonas de la ciudad con mayor impacto visual.

Son los casos más extremos, aquellos que según Servicios Sociales pueden tener problemas mentales, los más complicados de atender y los que ofrecen una peor imagen de abandono en la calle. En estos casos, Helena Fernández plantea la posibilidad legal de acudir a la Fiscalía para iniciar un procedimiento de incapacidad, aunque también se reconoce que no han salido adelante ninguno de ellos y que los mismos pueden alargarse más de un año.

Lo cierto es que hay una evidente falta de medios materiales y personales. Es una de las reclamaciones permanentes de Helena Fernández desde que llegó a esta concejalía, aunque en estos meses se han incrementado los fondos económicos destinados a los Servicios Sociales. La cuestión es que el mismo déficit también lo sufren otras administraciones lo que provoca, por ejemplo, una ausencia de plazas en residencias asistenciales donde alojar a estas personas.

Ya hace unos años se pudo actuar con sin techo famoso el la ciudad, el Troy, que fue acogido en un centro asistencial en Medina Sidonia tras una petición del anterior gobierno municipal ante los tribunales.

Helena Fernández descarta la apertura de nuevo del Centro Elcano como forma de acoger a estos sin techo, tras la buena gestión realizada durante el confinamiento. Esas semanas supusieron una inversión de medio millón de euros pagados por el Ayuntamiento y fondos estatales, lo que no se podría asumir de forma constante.

"Ahora buscamos recursos por todas partes, a la vez que nuestros equipos de calle han reforzado su trabajo. Les intentamos ayudar a la hora de obtener el dni, tramitar la renta mínima o buscar una residencia", siempre y cuando se acepte salir de la situación en la que viven.

"Conseguir que vengan a nuestro centro a ducharse ya es un gran avance, un primer paso en el intento de conseguir una confianza con la persona y que nos permite conseguir resultados a medio y largo plazo".

Al problema asistencial ya existente se le une un claro agravamiento de la situación de los sin techo por efectos de la pandemia.

"Hemos detectado una mayor presencia en la calle de inmigrantes muchos muy jóvenes, sin ningún tipo de alojamiento. A la vez, en los casos a los que ya les hacemos un seguimiento desde hace tiempo, hemos visto un claro deterioro físico y de salud. Afortunadamente, tras el paso de muchos de ellos por el Centro Elcano, algunos ya saben que pueden acudir al Ayuntamiento si se encuentran mal", constata la concejala de Servicios Sociales.