La ruta de las fortificaciones

La apuesta turística y cultural de cádiz

La reapertura del Castillo de San Sebastián abre a la ciudad una gran oferta cultural y turística relacionada con sus murallas. El torreón y el paseo superior de Puerta de Tierra volverán a ser visitados pronto

La ruta de las fortificaciones
La ruta de las fortificaciones
José Antonio Hidalgo

Cádiz, 31 de marzo 2013 - 07:57

Ha costado algo más de un siglo, pero el sueño que tenía un reducido grupo de gaditanos en la primera década de 1900 al fin se ha cumplido, o por lo menos se están dando ya pasos esenciales para cumplirlo: convertir las fortificaciones de la ciudad en un elemento esencial de la cultura y el turismo. En aquel momento, hace un siglo, este colectivo fracasó al intentar parar la demolición del lienzo de las murallas (desde San Carlos a Puerta de Tierra).

Lo cierto es que este proceso de aprovechamiento ciudadano de las antiguas dependencias militares se inició hace ya unos años con exitosas operaciones como las realizadas en el baluarte de la Candelaria y, sobre todo, en el castillo de Santa Catalina. Pero la reapertura hace unos días del castillo de San Sebastián, con perspectivas de ser ésta permanente, y el anuncio de la reactivación del proyecto de recuperación integral de todo el frente de la Puerta de Tierra va a permitir a Cádiz contar como un elemento más de su oferta cultural, turística y de ocio sus históricas fortificaciones. La situación de cada uno de estos equipamientos y los planes a ejecutar es la siguiente:

Frente de la Puerta de Tierra: El área de Urbanismo está elaborando un proyecto para reabrir el torreón, cerrado desde hace unos años tras una experiencia de uso turístico en manos privadas que resultó un fracaso. Ahora se trabaja sobre una idea diferente. Así se pretende, inicialmente, crear un espacio cerrado con grandes cristaleras que cubran los arcos hoy abiertos (salvo el que se cerró en tiempos del PSOE para habilitar un espacio como delegado de Medio Ambiente). Este cierre evitaría que el material expositivo se estropease, como ha ocurrido hasta ahora, y permitiría una utilización más adecuada de estas salas con la habilitación de un centro de interpretación dedicado a la muralla, aprovechando el amplio catálogo de planos, dibujos y fotografías que del frente de Puerta de Tierra (glacis, imágenes del derribo, la evolución de la propia muralla, los distintos proyectos de recuperación del torreón central...) disponen los archivos municipales.

A la vez se está trabajando en el paseo superior para mejorar la seguridad del mismo, de cara a su apertura a los visitantes, y reforzándolo para instalar en el mismo una parte de los cañones que se localizaron durante las obras del nuevo aparcamiento de Canalejas.

Aunque no hay fecha para esta reapertura no se quiere que se retrase mucho más en el tiempo. En todo caso, ello permitirá la apertura del Museo del Títere, que ocupa buena parte de las bóvedas de Santa Elena. Aunque este equipamiento debería de estar ya en uso, aún queda por cerrar la adquisición de parte del mobiliario. En la otra punta, es necesario reforzar el Museo Litográfico a la vez que sigue en el aire el uso de las bóvedas vacías en la zona de San Roque, que en su día iban a ser ocupadas por el Museo de la Prensa. Tal vez el Ayuntamiento podría plantearse aquí la apertura del Museo de la Imagen y la Fotografía, siguiendo la estela temática del Litográfico, y aprovechando los buenos archivos públicos y privados existentes y, sobre todo, aprovechando los conocimientos históricos de Rafael Garófano, uno de los mayores expertos en historia de la fotografía en todo el país.

Todo este conjunto, de extraordinario valor turístico, se complementa con los nuevos usos de los baluartes de San Roque y Santa Elena. En el primero ya funciona, con éxito, un café-música, ejemplo de lo que en su día llevará todo este baluarte. Más en el aire están los usos en Santa Elena, aunque el Ayuntamiento ya ha comenzado los trabajos del Museo Cofrade que pretende ocupar buena parte de estas dependencias. Lo lógica, dentro de esta apuesta por la cultura y el ocio para el frente de Puerta Tierra, sería liberar de las oficinas y locales privados el resto de este baluarte y realizar una apuesta por locales comerciales dedicados a la artesanía o a la venta de material turístico, y tiendas relacionadas con los museos existentes (uno de los déficit habituales de los museos gaditanos) y la apertura de pequeños locales de hostelería que ayudarían a dar vida a esta zona.

Castillo de San Sebastián: Fracasada su apertura durante Bicentenario, ahora comienza a funcionar como espacio expositivo. Quienes ya se hayan pasado para disfrutar de la excelente muestra fotográfica de Vera Borja y González Santiago habrán descubierto, dejando a un lado las humedades, el potencial que tiene las casamatas ya rehabilitadas y, sobre todo, el potencial futuro de todo el resto.

Ayuntamiento y Ministerio de Medio, propietario de la fortificación, han alcanzado un acuerdo para dar continuidad a la reforma integral del conjunto. Por su coste y complejidad será una operación a medio/largo plazo. Hay tiempo más que suficiente, por ello, para pensar bien, con tranquilidad y atendiendo a las opiniones de los expertos en la gestión de estos espacios históricos-culturales, qué se va a hacer en el Castillo. Lo que debería de estar claro es que no debe convertirse en otro espacio expositivo, de los que ya abundan en la ciudad (ahí tenemos para el futuro una parte de los Depósitos de Tabacos), y sí un conjunto que permita atraer no solo a turistas sino a los propios ciudadanos de la Bahía como un gran complejo de ocio relacionado con nuestra historia.

Mientras, con el uso provisional actual urge poner en marcha algún espacio dedicado a la hostelería, aprovechando la zona de las casamatas preparada para ello, y, cuando el tiempo lo permite, plantear actividades para toda la familia como el gran espacio abierto del que la capital ha adolecido hasta ahora.

Castillo de Santa Catalina: Pendiente de los dos anteriores equipamientos ha sido hasta ahora la estrella de las fortificaciones y un éxito en su puesta en valor. Quedan algunas obras de reforma interior y completar la recuperación de los lienzos exteriores y del foso.

Baluarte de La Candelaria: Es el más veterano en su apuesta cultural. Aquí también habrá que afinar los usos que se le dará a la sala que hoy ocupa la Compañía de la Tía Norica si esta se traslada al teatro que lleva su nombre. En todo caso, el uso del baluarte y su mantenimiento es el adecuado.

Murallas de San Carlos: El Ayuntamiento ha iniciado labores de mejora para mejorar la imagen del mismo, habitualmente muy dañado por el vandalismo urbano. Un proyecto ya antiguo y de complicada ejecución es el uso lúdico de las bóvedas de la muralla, muy condicionadas por las aceras estrechas que dan a una vía con intenso tráfico.

Castillo de La Cortadura: Ya en manos del Ayuntamiento, se ha adecentado parte de sus lienzos (a pesar del interés d e unos cuantos ciudadanos de mantenerlos sucios). Habrá que esperar a contar con financiación para plantear su apertura.

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