Rozalén: “Me explota la cabeza en Cádiz con lo que pasa en la calle en Carnaval con las ilegales”
Artista del Año este 2025, Premio Nacional de las Músicas Actuales y con un Goya a sus espaldas, Rozalén cierra este viernes 15 de agosto su gira por Andalucía con ‘El Abrazo’
“Ni Martínez Ares ni Jesús Bienvenido: me quedo con los dos, lo quiero todo"
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Pregunta.–El año pasado ya estuvo en San Fernando y este año repite en Cádiz, en el mismo sitio que en 2019 ¿Qué le une a esta tierra?
Respuesta.–Tengo muy buenos amigos allí, qué maravilla, y muchas ganas de verlos. Son demasiadas cosas las que me unen a Cádiz, pero lo primero es la gente. No podría ni empezar a nombrar la cantidad de artistas de Cádiz que son mis amigos, que voy a a verlos un montón y que me inspiran, con los que escribo. Tengo también una conexión con Rota desde hace muchos años. Cádiz fue donde conocí a Joaquín Sabina, a Juan José Téllez, a los poetas, a Pasión Vega, a Fernando Lobo... son tantos. Felipe Benítez Reyes es el único poeta con el que he escrito una canción. Luego están los Carnavales, a los que pude ir un par de años y que creo que es una cosa que debería disfrutar todo el planeta, porque es de locos. No hay una población donde haya tanta gente que tenga tanto arte y tanto talento. Mis primeras veces en Cádiz fueron para tocar en el Pay-Pay, que es historia vuestra total… lo rico que se come allí… no sé... son demasiadas cosas y es muy difícil concretar.
P.–Toca la bandurria desde pequeña ¿Se ha marcado alguna vez una falseta con un coro de Carnaval?
R.–Debería, porque soy muy buena bandurrista, muy buena. Desde los siete años estoy con la bandurria y me lo toco todo. En algún momento debería hacerlo…
P.–¿Qué le gustan más, las chirigotas, las comparsas, los coros, los cuartetos, los romanceros?
R.–A ver, yo me hago un poco de lío con lo del Falla. Pero con lo que me explota la cabeza es con lo que pasa en la calle, con las ilegales. Las ilegales es lo que me mola. Y me cojo todos los cuardenicos y me los estudio. Porque ahí no hay censura de nada. ¡Me he echado tantas veces las manos en la cabeza con las barbaridades y las verdades que he escuchado allí! Como que me emociona mucho lo que oigo en la calle.
P.–Y entre los autores de comparsa ¿Con quién ese queda? ¿Con Antonio Martínez Ares o con Jesús Bienvenido?
R.–¡Ay, es que a los dos los quiero mucho!. No vale. Los dos tienen un talento tan brutal y los dos tienen ese punto de inteligencia y de humor y de a la vez desgarrarte a saco por dentro que paso de elegir. Pudiendo disfrutar de todo, lo quiero todo.
P.–Allá por 2012 actuó por primera vez en el Pay-Pay ¿Cómo recuerda aquella época y este local que reunió a tantísimos cantautores durante tantos años?
R.–Toqué muchas veces en el Pay-Pay. Y me encantaba aquel sitio, tan peculiar, con ese ambiente de cabaret... Las primeras veces las recuerdo con mucho cariño y luego mola que esa gente que iba a verte a esos primeros conciertos luego siga con los años viniendo a verte... Lo bien que nos han tratado siempre Paloma y Mari Luz, que solemos vernos lo que podemos. Cuando terminabas podías tomarte algo con la gente y conocer a quienes venían a escucharte, que te hablaran de cerca a la cara, y eso era inspiración para futuras canciones. Al Cambalache también me llevó El Chipi de La Canalla ¿Lo cerraron? Qué pena. Pues también he tenido la suerte de estar allí. Y en El Pelícano también he tocado, en el Castillo… son muchos, muchos años yendo a Cádiz.
P.–¿Qué música se escuchaba en casa de sus padres?
R.–Mi madre sobre todo escuchaba copla, se lo cantaba todo, y Rocío Jurado y La Pantoja eran sus tops. Para mi abuela su artista favorita era María Dolores Pradera y mi padre era de cantautores, aunque por supuesto se escuchaban también canciones de la Década Prodigiosa y todo eso. Aute para mí siempre ha sido el cantautor que más he escuchado en casa, pero también poníamos a Víctor Manuel, a Serrat, a Sabina. A mi madre le gustaba Lola Flores. Y mi hermano, que tiene cinco años más que yo, fue quien me introdujo más en el rock. Héroes del Silencio era su grupo de adolescencia y yo, como soy de Albacete, comencé yendo al Viña Rock. El primero de mis conciertos fue de Los Suaves, imagínate. Y aparte, yo vengo del folclore: jotas, seguiriyas, malagueñas… Por eso tengo ese abanico de eclecticismo en lo que hacemos. En mi casa también se escuchaban muchas habaneras y mi abuelo era de Manolo Caracol. De dentro de todo ese mejunje nace todo lo que yo hago. El rap también lo escuchaba desde muy cría, porque al Viña Rock venía SFDK. Y a Violadores del Verso también los he escuchado mucho de niña. Así que todo eso, en batidora.
P.–¿Cuáles son para usted las tres mejores canciones en español de todos los tiempos?
R.–¡Uuuuh, qué difícil es eso!, pero lo intento. Yo diría que Mediterráneo, de Serrat. Diría que cualquiera de Carlos Cano, María La Portuguesa, por ejemplo, y Peces de Ciudad, de Sabina. También Volver a los 17, de Violeta Parra, una canción que para mi es superespecial, que canto desde niña; el Gracias a la vida cantado por Mercedes Sosa, la Negra Sosa; Chabuca Granda; Chavela Vargas, evidentemente, aunque ella no componía, pero da igual.
P.–De las cantautoras y cantautores de ahora ¿Con quiénes tiene mayor sintonía?
R.–El Kanka es como mi marido musical. Pedrito Pastor me gusta mucho; María Ruiz; La Mare; Amparo Sánchez, de Amparanoia, que también es mi amiga y mi referente; Pasión Vega, su manera de cantar es tan brutal; Luz Casal; Ana Belén; la Bebe también me marcó muchísimo. Su primer disco me lo sé mejor que mis canciones; y Zahara y Delaporte, por ejemplo, y Rigoberta Bandini, que la estoy escuchando mucho…
P.–El Ayuntamiento de San Fernando la galardonó en 2024 por su labor solidaria y por haber convertido la música en un instrumento social ¿Cuándo tomó conciencia de que debía hacer esto?
R.–Es que no es una cosa meditada. Yo vengo de la psicología social, que fue lo que estudié. Hice musicoterapia. Y precisamente toda la musica que he escuchado desde cría, la mayoría tiene un compromiso social: Los artistas que escribían aquellas canciones eran ciudadanos antes que artistas. Igual que yo me considero antes que artista, ciudadana. Para mí va super ligado y creo que el arte y la cultura son el medio amable para lanzar mensajes. El amor está en todo. El amor social está en todo. Sí, hay que hablar también del amor romántico, pero creo que se puede hablar de tantas cosas en las canciones... creo que en mi caso las canciones de amor romántico son muy poquitas; el resto cuentan otras cosas. Es maravilloso poder usar la música para eso.
P.–Como experta en musicoterapia ¿qué canción le recetaría a quien acaba de perder a quien más quería?
R.–En mi último disco [El Abrazo, 2024, Sony Music] hay muchas canciones de duelo. Hay una que es de cuidados paliativos, que es Ceniza, que es bonita para acompañar a quien trasciende a otra dimensión. Es de cuando vi morir a mi abuela. Yo no había visto morir a nadie y me tocó ese momento de acompañar. Y, por supuesto, Todo lo que amaste, dedicada a mi padre, que fue una muerte de golpe, que genera como un shock mucho más fuerte a quienes se quedan. Y Entonces, que es la canción que le hice a mi infancia en mi pueblo y como que unifica mucho esa nostalgia de la infancia, del pasado, de recordar que fuiste feliz y que quisiste a los que ya no están. Son como la parte de duelo y de nostalgia de mi último disco y, por lo que me dicen, están acompañando mucho a quienes han pasado lo mismo.
P.–Y en el otro lado de la balanza ¿Qué le prescribiría a quien emprende con ilusión una nueva vida?
R.–La cara amable del mundo se la hice a mi sobrino, aunque puede servir para cualquier persona Creo que hay una lista de principios para la vida que ojalá recuerde cuando sea mayor. Si se van unos, vienen otros. En el disco hay una parte de despedida y de decir hasta pronto, pero la vida también comienza y hay que darle la bienvenida.
P.–En 'El abrazo' hay jota, bolero, cumbia, champeta colombiana, pop, música electrónica y hasta un rap ¿Qué le queda por explorar?
R.–Hay muchos géneros en nuestros discos y en este aún más, pero me queda mucho por explorar. Por ejemplo, en el flamenco, en la música brasileira o en la portuguesa lo tengo pendiente. Me dicen mucho que por qué no canto un fado una vez. Indagar por esos estilos. Cada vez me gusta más la música de raíz. Estoy como todo el rato en una investigación eterna y cuanto más descubro, más me gusta porque son ritmos muy diferentes, incluso entre los ibéricos, no solo los de Latinoamérica y de África, sino los de aquí, que es brutal el folclore tan rico que tenemos. Y eso me motiva y me está haciendo aprender y crecer.
P.–¿De cuál de sus trabajos se siente más orgullosa?
R.–Eso es como preguntarle a un padre qué hijo quiere más… Pero sí que es verdad que el disco Matriz es como mi pequeño capricho y me siento muy orgullosa de él por lo que me ha hecho: cuidar lo localista. Me hizo cantar en diferentes lenguas cooficiales, darme cuenta de que una sevillana no solo es lo que yo escuché desde niña, sino que de repente Pareja Obregón tiene unas sevillanas ultraelegantes y aseadas que son como finísimas. Me ha hecho darme cuenta de todo lo que me queda por aprender: No sé, los fandangos de Huelva los descubrí de repente, aunque no estén en el disco, pero estarán en la segunda parte de Matriz; los verdiales de Málaga; descubrí el folclore de muchos sitios; el de León es brutal; Galicia; el Pirineo; el euskera, la lengua más antigua que tenemos. Todo esto me hace amar mucho más a mi país y cuidar de manera particular cada rinconcico.
P.–¿Y cómo ve ahora mismo a nuestro país?
R.–Yo siempre voy a decir la parte positiva. Creo que tenemos muchas posibilidades, aunque ahora sobre todo con las redes sociales y con la información parece que siempre lo que destaca es la crispación, pero yo quiero pensar que valemos la pena, que somos gente bonita, que miramos por los demás y que estamos pendientes de lo que nos une. Quiero pensar en eso porque es que si no, me amargo. El ruido es muy llamativo, pero las grandes noticias de todos los días a veces no aparecen en el Telediario o en el periódico.
P.–¿Y el mundo? ¿Cómo ve el mundo?
R.–Pues no estamos en el mejor momento... creo que es un sentimiento compartido el pensar que estamos viviendo una barbarie concreta… hay muchas guerras siempre, siempre, muchas que no vemos, pero una nos la están retransmitiendo en directo y nadie la para. Yo no sé cuántas cosas hemos firmado ya los artistas, cuántas veces hemos salido a la calle, y no hay manera de parar algo que hace muchos años que ocurrió y que se supone que nadie se estaba dando cuenta. Y ahora lo sabemos y nadie lo frena. Y a veces es difícil estar feliz, es difícil subir a las redes fotos de qué alegría en el concierto y brilli-brilli en los ojos y a la vez saber que está pasando esto. Es lo que decían Almudena Grandes y Luis García Montero: La alegría es un método de resistencia; que al menos no nos la quiten. Pero está siendo muy complicado saber que se puede hacer algo así sin que nadie te pare.
P.–Cuatro discos de oro, dos de platino, un Goya a la mejor canción original, Premio Nacional de las Músicas Actuales, Premio Estatal de Trabajo Social, Artista del año este 2025 por la Academia de la Música de España ¿Qué será lo siguiente?
R.–Sí, vale, pero las cosas no se hacen para eso, para que te den premios. ¿Qué será lo siguiente? No lo sé, porque no depende de mí. Yo lo que tengo que hacer es intentar hacer mi camino con honestidad y con la mayor coherencia que pueda y sobre todo, disfrutarlo. Me tengo que ocupar mucho en eso, en saber disfrutar de las cosas a pesar de todo porque de esa manera es como se transmite y como las canciones también pueden servir a los demás.
P.–¿Qué mensaje le daría a los gaditanos de cara a su concierto de este viernes 15 de agosto?
R.–Que tienen que venir, que vamos a terminar El Abrazo en nada, que va a ser el último en Cádiz y el año que viene me toca descansar. Hay que venir a Cádiz a celebrar la vida y a que nos demos mucho amor porque espero volver a Cádiz el año que viene, pero de vacaciones y a estirarme.
P.–Seguro que ya está pensando en lo siguiente...
R.–Bueno, en la cabeza siempre hay cosicas. Pero necesito de verdad intentar no hacer nada, que me va a costar mucho, que yo lo sé, pero quiero hacer el esfuerzo de estar paradica de verdad, unos meses, no lo sé. A ver qué pasa.
P.–¿Qué hace Rozalén cuando para?
R.–Pues no lo sé, porque como nunca he parado... no lo sé. Un poco de depresión me va a entrar seguro, porque después de tanta dopamina, de tantos años... no sé. Quiero leer mucho, quiero estar con la gente que quiero, quiero estar tranquila, no tener que publicar en redes todo el rato. De eso es de lo que más ganas tengo.
P.–De vivir, a fin de cuentas…
R.–Sí, pero bueno, ahora estoy viviendo. Yo disfruto mucho de la gira y de todo lo que me pasa. Pero, sí, tengo ganas de centrarme más en lo simple y no mostrarlo al mundo.
P.–No sé si quiere añadir algo…
R.–Solo manifestar gratitud. Darle las gracias a la gente por permitirme vivir todo lo que estoy viviendo.
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