Un problema de grado 1

Cádiz

Las pintadas en la fachada de la Casa Estopiñán, en la plaza Fray Félix, muestran al exterior un problema vecinal que está alterando la convivencia

La fachada de la Casa Estopiñán, en la plaza Fray Félix, cuenta con multitud de pintadas en su fachada. / Fito Carreto
R. Burgal

Cádiz, 10 de septiembre 2018 - 09:20

La Casa Estopiñán preside la zona baja de la plaza Fray Félix, en el barrio de El Pópulo. Éste es un edificio singular de estilo barroco construido en el siglo XVIII. Entre los elementos más destacados de esta casa palacio se encuentra su portada, rematada en piedra con un escudo de armas que llama poderosamente la atención dentro de un entorno en el que sobresale la iglesia de Santa Cruz. Con un indudable valor histórico y arquitectónico -el inmueble cuenta con una protección de grado 1 en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), la segunda más alta-, en este inmueble se está viviendo un problema de convivencia interno que se puede contemplar desde su propia fachada.

Con unos muros blancos, aunque algunos desconchones delatan la falta de cuidado, las pintadas deslucen la entrada de la finca. Lo normal es que éstas, cuando se trata de un caso de vandalismo, se queden en la planta baja. Sin embargo, en este lugar las pintadas llegan hasta la primera planta, rodeando dos balcones. Alrededor de ellos se entremezclan multitud de mensajes. Algunos de ellos son ilegibles, pero otros se dirigen a los propios vecinos, Procasa -que es la empresa municipal que gestiona estas viviendas-, Cáritas o la Iglesia. "Todo esto es lo que me está pasando", reza uno de los mensajes de la fachada.

Los vecinos han llevado el caso a Procasa para que tome medidas

Aunque todos estos escritos puedan quedarse en un simple conflicto por vandalismo, de fondo lo que existe es un problema de convivencia que lleva latente desde hace varios meses, tal y como relatan vecinos de la finca.

Todo se remonta a la pasada Semana Santa, momento en el que empiezan a aparecer estas pintadas en la fachada del inmueble, aunque este inquilino lleva ya varios años viviendo en la Casa Estopiñán tras llegar desde otro barrio de la ciudad. "Su afán es volver a conseguir su casa", cuenta uno de los vecinos para poner en contexto la historia de esta finca al hacer referencia a otro piso en donde vivía anteriormente.

A partir de ahí, se sucedieron diferentes actos que apuntan hacia el mismo responsable. "Lo primero que hizo fue cortar los cables del telefonillo. Llevamos desde Semana Santa sin timbre para poder abrir el portón. Cuando descubrió que podíamos abrir con la llave, lo que hizo fue quitar el bombín y partir la cerradura", cuenta un inquilino. De hecho, el portal de entrada a la finca sigue sin cerradura.

Ésta no es la única acción que le atribuyen a este vecino, ya que en este periodo de tiempo también ha aparecido cortado el cable de la antena de televisión, para lo que se ha tenido que poner un candado en la azotea, o los de los servicios de telefonía e internet. Incluso, las pintadas se han extendido al interior de la finca, llegando a "marcar las casas con una equis", según un vecino.

La mayor inquietud de los habitantes de este edificio es buscar una solución a este problema antes de que pase a mayores. De hecho, señalan que ya se ha llamado en varias ocasiones a la Policía Nacional. Aquí, el dilema está en quién le pone nombre y apellidos a la demanda por temor a las represalias. A esto, se suma que, al ser todas las viviendas de alquiler, no está constituida una comunidad de propietarios que pueda hacer los requerimientos que estime oportunos, por lo que los vecinos le han hecho llegar este caso a Procasa para que sea ella quien tome medidas al ser la gestora de este edificio.

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