Cádiz

El paseo Quiñones, el gran damnificado

  • Las murallas de la ciudad soportan el embate de las olas mejor que el camino caletero

Estado de las murallas de la ciudad después del temporal

Estado de las murallas de la ciudad después del temporal / Julio González (Cádiz)

Conforme se avanza por el paseo Fernando Quiñones camino del Castillo de San Sebastián los efectos del temporal son más evidentes. Al principio sólo las vallas y la Policía Local, que impide el paso a los curiosos, ofrecen signos de anormalidad. Luego, pocos metros después, todo cobra sentido. Porque el camino del castillo ha sido, posiblemente, el equipamiento más castigado por Emma, si se exceptúan los chiringuitos de la playa Victoria, que prácticamente han sido devastados por la fuerza de la marea. En la mañana de ayer, aprovechando la marea baja, este diario realizó un recorrido por todo el frente marítimo de la ciudad que tuvo parada final en el Puente Canal, comprobando que, actualmente, es imposible acceder al Castillo de San Sebastián por esta vía. Mucho antes, casi en su inicio, la fuerza combinada del viento y de las olas ha derrumbado un murete entero sobre la escollera de La Caleta, lo que invita a pensar que la reforma del paseo debiera ser integral si no se quiere tener nuevos sustos. La fuerza del mar ha llegado a tal punto que ha arrancado zonas enteras de adoquines, que aparecen desperdigadas ofreciendo una imagen inusual.

El resto de las murallas no está especialmente deteriorado con respecto a como ya se encontraba antes del paso de Emma. De hecho, el único tramo que está vallado para evitar problemas se sitúa poco antes de llegar al Baluarte de los Mártires. Allí, en una zona donde el mar ha golpeado con fuerza estos días, el murete ha perdido el relleno y se ve prácticamente hueco a lo largo de más de tres metros.

Contrasta con la zona del Baluarte de San Roque y el trasero del Colegio del Campo del Sur, que presentan un buen aspecto. Las obras que se realizaron el pasado año en esta parte ha sido clave para salvarla del temporal.

Todo lo contrario ocurre en San Carlos, donde el lienzo de la muralla ya presentaba pérdida de relleno y que ahora amenaza con sufrir desprendimientos de mayor gravedad si Costas no lo remedia.

En el Campo del Sur, las murallas han resistido el embate de las olas con el mismo estoicismo que los gatos. Ayer decenas de estos felinos se recostaban en sus chalecitos, alguno hasta con alfombras de césped artificial, mientras que las gaviotas picoteaban en los sacos de pienso que los ciudadanos, sin carnet de alimentador de gatos, les llevan.

El resumen es que las murallitas de Cádiz ni son de plata ni son eternas, aunque, en líneas generales, han soportado bien el peor temporal que se recuerda por estas lides.

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