Cádiz

La odisea hotelera de Cádiz

Así está actualmente el futuro hotel de Tiempo Libre, en obras

Así está actualmente el futuro hotel de Tiempo Libre, en obras / Lourdes de Vicente

Tiempo Libre parecía que iba a ser una excepción en la tónica habitual de esta ciudad con los nuevos proyectos hoteleros. Pero un año después de que la Junta de Andalucía adjudicara la titularidad del edificio a una filial de Q Hoteles, la maldición hotelera ha irrumpido en el proyecto del Paseo Marítimo, que por ahora queda paralizado y sin un futuro claro después de que el viernes la oposición decidiera retirar del Pleno la propuesta de aprobación del estudio de detalle de la operación urbanística prevista en esa pastilla de extramuros.

Lo ocurrido con Tiempo Libre, cuyo proyecto queda en el aire por el rechazo a levantar un edificio de quince plantas frente a la playa y ante la reclamación de que adopte una alternativa menos lesiva al Urbanismo y el Medio Ambiente, viene a engrosar la larga lista de proyectos hoteleros que quedaron en el intento o que no consiguen, hasta la fecha, salir adelante. Demasiadas trabas, dudas e inseguridades para unos equipamientos necesarios para una ciudad que aspire a crecer, que pretenda atraer nuevos nichos de mercado, que quiere ser puerto base de cruceros y que irremediablemente tiene que ir de la mano del turismo para subsistir económicamente.

Los factores son diferentes y los escenarios también distintos; pero la historia se repite. Una historia que recuerda a Valcárcel, donde se iba a levantar el primer hotel de cinco estrellas que a día de hoy sigue resistiéndose en la ciudad y donde también a día de hoy aún no se ha resuelto si se llegará a levantar o no un hotel de mucho menor calado que comparta espacio con la pretendida facultad de Educación que ahora depende de Europa. O a la Tribuna del Estadio, donde desde tiempos de Teófila Martínez se espera la implantación de un hotel que entre otros beneficios arroje a la ciudad un ingreso de 9,8 millones de euros que presupuesto tras presupuesto figura en los documentos sin que haya habido hasta el momento una propuesta en firme.

A la espera de un inicio de obras que se eterniza está el hotel de Puerto América, que se anuncia como un revulsivo para el sector en la ciudad por su capacidad, inversión y posibilidades; en el aire lleva años también el pretendido hotel en la estación de trenes, y paralizado está el de la Casa del Almirante que ha pasado ya por varias manos y que ahora espera la actuación decidida de Hotusa para rematar la obra y abrir las puertas. Y directamente al cajón (o a la papelera) de los proyectos fantasma de la ciudad fue a parar la ampliación del hotel Atlántico anunciada en el Campo de las Balas o los proyectos que en su día fueron pretendidos en el Pirulí o en el edificio de Correos.

Para colmo, la preocupación por la turistificación ha hecho tambalear algunos de los proyectos de pequeño calado que a cuentagotas y con el rechazo del gobierno local van recibiendo licencias para iniciar las obras.

El listado de desengaños y de portazos hoteleros de la ciudad, por tanto, es grande; y solo el tiempo dirá si Tiempo Libre pasa a ser uno más de esos proyectos fallidos, o si corre distinta suerte y Hoteles Q termina siendo capaz de desbloquear la situación generada en el pleno del viernes y abre, en 2022, su primer hotel en una ciudad demasiado gafada.

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