Universidad

Las novatadas machistas de Ahúja son cosas del pasado en Cádiz

Colegio Mayor de la Universidad de Cádiz

Colegio Mayor de la Universidad de Cádiz / Julio González

Lo que ha ocurrido en el Colegio Mayor Elías Ahúja en Madrid "me parece algo muy retrógrado en el siglo en que estamos, es un acto muy machista y no entiendo cómo se puede normalizar y verlo como una tontería cuando se están denigrando a la mujeres y se les dicen cosas horribles”. La autora de estas contundentes palabras es María, un nombre inventado para una estudiante de la Residencia Universitaria Cádiz Centro que no quiere protagonismo.

María, que está llegando a la residencia de la plaza de Candelaria tiene poco tiempo por sus obligaciones universitarias, pero el suficiente como para sentenciar que “lo peor es que hay mujeres que normalizan estas palabras” –recordemos que les gritaban putas, ninfómanas, vais a follar todas–, y que “si no nos apoyamos entre, mujeres no nos va apoyar nadie”.

Y es que en Cádiz estos comportamientos machistas y humillantes son cosas del pasado. Se intenta, al menos, desde los propios protocolos y normas de convivencia de las distintas residencias universitarias consultadas, desde la pública de la UCA a las privadas. Y los corrobora el alumnado: “Aquí no hay novatadas, hay jornadas de convivencia”, coinciden desde los distintos centros.

S. Muñoz, otra chica veterana de la misma residencia del centro gaditano añade que “para nosotros no existen las novatadas, hacemos jornadas de integración, hacemos presentaciones, salimos juntos para conocernos, pasarlo bien y que haya buen ambiente”. Analiza y afirma que “las novatadas son un claro ejemplo de abuso de poder, y que encima haya gente que lo excuse... ¿Qué tipo de broma es esa? No está bien y quien diga que lo está que se revise su escala de valores”, afirma igual de contundente esta joven de 21 años.

“Para mi gusto”, asevera, no “puede ser aceptado bajo ninguna circunstancia porque se está humillando a la gente. Se está comentando que se ha sacado de contexto, ¿de qué contexto hablan? No lo entiendo. Si fuese una novatada para pasarlo bien... pero lo que ha ocurrido allí no es normal. Si aquí vienen a gritarme esas barbaridades me sentiría ofendida porque claramente no es normal. ¿Cuál es la gracia? Está fuera de lugar y no tiene sentido”.

En esta residencia tienen claro que todo lo que sea humillar a otra persona está fuera de sitio “porque esta es nuestra casa y tenemos que estar cómodos, pues quien lo hace se cree con el derecho de hacerlo por tener un año o dos más que otra persona”. Por eso apunta que “aquí lo tenemos claro, queremos pasarlo bien, estar de buen rollo y también crecer como personas, para eso es la Universidad, ¿no?. No me voy a poner a tirarle huevos ni insultar a un niño de 17 años, ¿qué sentido tiene?”, afirma con una seguridad arrolladora.

¿Y qué hacen entonces? Pues jornadas de convivencia que pueden ser desde juegos o gymkanas, presentaciones, salir juntos por ahí, incluso con estudiantes de otras residencias, explica Muñoz. “En cuatro años que llevo aquí no lo he vivido, acaso un amago de gente que venía de otra residencia pero no se permitió”.

Lo mismo ocurre en el Colegio Mayor de la UCA que se ubica en la calle Duque de Nájera por el Parque Genovés, donde se aplican hasta tres protocolos y entre los que figura el de “no discriminación y contra el acoso por razón de orientación sexual e identidad de género o pertenencia a grupo familiar LGTBI de la UCA”, en el que se enmarcan estos inaceptables comportamientos ocurridos en el seno de la Universidad de Madrid. Y así lo confirma Pablo, un estudiante veterano de este Colegio Mayor, quien señala que las novatadas no se permiten. “Aquí integramos, hacemos un coro de presentación, damos la bienvenida, para conocernos y no sentirnos excluidos”. Es decir, “nos atenemos a normas de convivencia, nada de novatadas y se nos insiste mucho en ello”. En 2018, que fue cuando reabrió el colegio, ingresó como novato y veterano, “así que no tenía quién me hiciera novatadas”, añade, antes de recordar que el motivo de la existencia de estas normas puede deberse a que ocurrió algo similar a lo de Madrid hace unos años, “así que desde la Universidad de Cádiz se insistió en que no podía volver a ocurrir”. Y es que “Madrid es muy bestia para este tipo de cosas, tienen más tradición y están normalizadas, e incluso hay novatadas que son más fuertes y que se permiten”.

Pablo, que es de los pocos chicos que andaban por el Colegio Mayor dispuesto a hablar comenta, en cambio, que “lo han hecho mal, pero lo han criminalizado y trascendido más de la cuenta porque no creo que lo hayan hecho con mala intención”, dice mientras otro compañero prefiere no pronunciarse. No obstante, apunta que puede ser el momento de eliminar estos cánticos “porque el mensaje puede dar lugar a que alguien se moleste”.

Y sí que molesta, y mucho, a juzgar por las palabras de las chicas sondeadas. Entre ellas su compañera Ana, otro nombre inventado, a la que le "parece horrible este tipo de cánticos que no deberían permitirse, obviamente, y quiero pensar que desde la dirección del colegio mayor madrileño desconocen estos cantos o no sabían que se iban a producir”.

En este sentido, S. Muñoz estima que el problema reside en que no se adopten medidas. “La Universidad de Madrid debe atajarlo con medidas disciplinarias, que los expulsen un tiempo, ya verás como no vuelve a ocurrir. Pero no se hace porque tienen poder adquisitivo. Son muchas las barbaridades que se dicen y, afortunadamente, eso en Cádiz no existe”. Es más, entre las distintas residencias hacemos cosas juntas.

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