Pongamos que se llama María (la protagonista de este relato prefiere ocultar su identidad). Hace unos meses, María se decidió por iniciar el camino que desde tiempo atrás venía revoloteando en su cabeza: abrir un negocio propio. "Primero pedí asesoramiento, y me dijeron que lo primero que tenía que hacer era buscar un local". Y ahí empezó una misión casi imposible para esta joven gaditana.

"Se quedaba vacío un local en la calle Columela y fui a preguntar; ni siquiera me dijeron el precio porque no se fiaban de un pequeño empresario. Además, tenía que quedarme con dos locales que estaban vacíos, no solo con uno que es lo que a mí me interesaba", cuenta María. De Columela trasladó sus miras a la calle Compañía, donde había varios locales disponibles. "Pero eran locales muy pequeños y me pedían unos 1.500 euros al mes, en el más barato que encontré. Eso sí, tenía que abonar además dos meses de fianza y presentar a un avalista. Es decir, que de entrada tendría que haber puesto 4.500 euros, además de buscar a alguien que tuviera una nómina o pensión superior a 1.500 euros", relata esta joven.

Los propietarios piden varios meses de fianza, bienes inmuebles como aval, o no hacer obras

Viendo la situación del casco histórico, María decidió probar suerte en extramuros. Allí, en plena Avenida encontró otro local, pero le pedían "dos mil euros más tres meses de fianza, y además como quien comercializaba el local era una inmobiliaria, también se tenía que llevar su parte". Es decir, 10.000 euros para empezar el nuevo negocio. "Inviable", reconoce María.

Así que vuelta a Cádiz centro. "En José del Toro vi dos locales que estaban cerrados. Uno de ellos era una antigua zapatería que se alquilaba por 1.400 euros en teoría negociables, según el anuncio. Pero después no se negociaba nada. El precio era inamovible, y además había que abonar dos meses de fianza y todos los defectos que tenía el interior del local los debía afrontar yo por mi cuenta".

Después de seguir viendo y viviendo intentos varios en calles y locales del casco histórico, María parece haber encontrado el definitivo cerca del circuito comercial. 1.200 euros negociables, que solo se negociaban cien euros a la baja y que a última hora tampoco se ha producido la rebaja porque según la propiedad había otros interesados. Dos meses de fianza. Un avalista. Y las obras que habrá que hacer para adaptar el local correrán por cuenta de María.

"Es muy difícil para alguien que quiere montar un negocio por su cuenta hacerlo. Me han llegado a pedir un bien inmueble como aval para alquilarme un local", llega a indicar esta joven, que tendrá que abonar los 1.200 euros de alquiler entre el 1 y el 5 de cada mes, "o de lo contrario tendré un recargo de 60 euros cada día que me retrase".

Conseguido el local, ahora tendrá que afrontar una segunda fase: licencias municipales, obras, permisos... En total, calcula que aproximadamente necesitará unos 24.000 euros tan solo para poder abrir por primera vez la puerta del negocio soñado. Demasiados euros que tendrá que solicitar al banco, lo que supone una carga excesiva antes de comenzar la actividad. "Espero tener suerte y que me vaya bien", confía María.