El elevado precio de la mayoría de los locales en alquiler en la ciudad es históricamente uno de los grandes problemas que tiene el comercio en Cádiz, tanto a la hora de favorecer la apertura de nuevos establecimientos como del afianzamiento de estos.

Ahora, por primera vez en muchos años, se está detectando un descenso en este coste que, aún sin ser elevado sí comienza a acercar el valor de estos locales vacíos al que debería de tener en un mercado como el de Cádiz, con escasa población autóctona y muy dependiente del turismo y de los visitantes habituales.

Esta circunstancia positiva no está provocando, sin embargo, la llegada a la ciudad de nuevos negocios de grandes o medianas firmas, ni la apertura de nuevas franquicias. Ni ha permitido la permanencia de nombres de referencia que en los últimos meses han abandonado la ciudad.

El comercio en Cádiz se está topando, como ocurre en la mayor parte de las ciudades medianas y pequeñas del país, con una transformación del modelo de ventas en la mayor parte de las grandes firmas, especialmente las dedicadas a la moda y el hogar. Así, hay una clara apuesta por la venta online, que se ve acompañada por el cierre de tiendas físicas.

Es lo que pasó hace dos años con el grupo Inditex, que cerró todas sus marcas ubicadas en Cádiz, salvo Stradivarius, no porque no fuesen un buen negocio sino porque la cadena gallega ha apostado por internet y por la apertura de macrotiendas que atienden directamente al público y también prestan el servicio de correo. Así, el cierre en Cádiz, Jerez y otras grandes localidades de la provincia se vio contrarrestado con la apertura de un gran Zara en el Centro Comercial Bahía Sur.

Curiosamente el local de Zara Mujer que quedó vació en la calle Columela no se ha visto favorecido con la bajada de precios, pues se mantiene un alquiler de 25.000 euros al mes, en uno de los comercios con mayor superficie de la ciudad y mejor ubicados. Por el contrario, el local de Oysho, otra marca de Inditex que también funcionó en la misma vía, sí ha bajado el alquiler de forma notable: de 6.500 a 5.000 euros al mes, y una previsión de aumento anual también sustancialmente más reducido.

En todo caso sigue vacío, como lo estará a principios del año que viene el local de Kiko, ubicado en la esquina de Palillero y Columela, que se pone en alquiler ya en 2024 a un coste de 8.500 euros.

Expertos en el sector, como Ramón Rodríguez, de la Inmobiliaria Hispania, y José Manuel García, de Innysse, coinciden en la “culpa” de la venta por internet a la hora de reducir la demanda de nuevos alquileres, cuando hasta no hace mucho era imposible encontrar una tienda vacía en calles como Columela.

En este sentido, se destaca que a las grandes firmas le han seguido las medianas en la táctica de apostar por tiendas digitales en lugar de tiendas físicas.

En los más de 200 locales que están a la venta en el mercado gaditano ya es factible encontrar alquileres por debajo de los 2.000 euros en zonas del entorno de la plaza de España, Ancha y José del Toro. En esta calle se llega a vender una antigua librería por 280.000 euros, mientras que en el área de San Agustín un local muy amplio, con 346 metros cuadrados, está a la venta por 355.000 euros.

Sólo en Puerta Tierra se pide más de un millón de euros por los bajos del edificio que Abu construye en la avenida de la Sanidad Pública, mientras que se piden 2,1 millones por un local de más de mil metros en el barrio de Astilleros. Ambos casos llevan ya meses en el mercado.

Queda por ver si este descenso en los precios favorece la llegada de pequeños promotores.

Por el contrario, las inmobiliarias sí destacan el interés por abrir locales de restauración en el casco antiguo.En este caso, José Manuel García destaca el problema a la hora de encontrar locales en la zona lo suficientemente grandes para lo que se pide y, sobre todo, preparados en cuestión de infraestructuras (como la salida de humos) para este tipo de establecimientos.