Historia

Las leyendas en torno al coloso de Cádiz o el faro al dios Melkart

Recreación de Rafael Lucas del coloso de Cádiz o el faro de Gades

Recreación de Rafael Lucas del coloso de Cádiz o el faro de Gades

Cuenta la leyenda que junto al mítico templo de Melkart se levantaba una colosal escultura en su honor. A pesar de que no hay evidencias arqueológicas de su existencia, más allá de los grafitos encontrados en la Factoría de Salazones, el también denominado Faro de Gades es mencionado por muchas fuentes escritas.

En estas aparece que este enorme edificio era un faro monumental, de cuatro cuerpos y con una gran escultura dorada de 5 o 6 metros en la cúspide de Hércules (que era como los griegos se dirigían a Melkart). Estaba hecha de bronce dorado, cobre, hierro con cobre o latón con baño de oro y era tan fastuosa, que la consideran la segunda estructura más alta de toda la antigüedad, solo por detrás del faro de Alejandría.

Antigua recreación del templo Melkart, junto al que se levantaría el gran faro o coloso de Cádiz Antigua recreación del templo Melkart, junto al que se levantaría el gran faro o coloso de Cádiz

Antigua recreación del templo Melkart, junto al que se levantaría el gran faro o coloso de Cádiz

Parece que esta estructura de época púnica arcaica miraba hacia poniente, que en las manos llevaba una llave o vara y un libro o tablilla, y que vestía de "forma extraña y singular", por lo que era algo a lo que no estaban acostumbrados, según Abu Hamid.

Entre otras fuentes históricas, Ahmad ibn Muhammad al-Razi (887-955), decía que en Cádiz "Hércules levantó una columna sin parangón en el mundo", mientras que Abü ‘Umar Yüsuf Ibn 'Abd al-Barr (978-1071) destacó que "una de las maravillas del mundo es el ídolo de Cádiz, que se encuentra en la región occidental de al-Andalus, sobre el mar de la provincia de Sidonia".

Un faro estilo oriental

De la factura de este gran faro se encargó Aníbal, que ofreció en el templo sus votos antes de partir a la conquista de Italia. Y es que por su gran envergadura tuvo que ser un proyecto de Estado, como gran propagandista que era. De hecho, continúa la leyenda, este enorme hito pagano se salvó de un primer amago de destrucción ante el rumor falso que difundió que fue construido por Alejandro, justo cuando Roma destruyó Cartago. 

Según cuenta en su hilo de twitter @romandalusí, el coloso de Cádiz sobrevivió al cristianismo por funcionar como faro y, seguramente, porque por su estilo oriental, que no se asociaría al paganismo romano, por lo que para Al-Andalus fue algo más importante aún. Se lo consideraba nada menos que el protector del país.

El historiador cordobés Ibn Hayyán lo asoció Al-Andalus de una manera mágica: "Un autor que ha estudiado predicciones curiosas cuenta que la estatua de Cádiz fue elevada para proteger al país de al-Andalus".

Así que el coloso de Cádiz se rodeó de leyendas, como el del enorme tesoro bajo sus pies. La misma que provocó que fuera destruida por el emir almorávide de Cádiz, Ali ibn Isa ibn Maimún, en 1145. Dicen que finalmente no había ningún tesoro, pues la estatua era de cobre con un baño de oro fino, por la que solo obtuvo doce mil dinares de oro.

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