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Seguridad | La situación de la movida nocturna

Los hosteleros de la Punta de San Felipe abogan por su adecentamiento

  • Los empresarios consideran que la zona está abandonada y que la seguridad es mucho mayor que hace unos años

  • Plantean la necesidad de que exista una oferta de ocio alternativa

Una ambulancia atiende a un menor con una intoxicación etílica.

Una ambulancia atiende a un menor con una intoxicación etílica. / Joaquín Hernández 'Kiki'

La situación del botellódromo de la Punta de San Felipe genera diversidad de opiniones al enfrentarse la frialdad de los datos que dicen que en 15 años se han producido en este espacio más de 2.900 reyertas con el día a día en este lugar de ocio. La instalación de un zona para beber alcohol al aire libre no supone un gran problema a los hosteleros consultados por este medio y no creen que se deba eliminar, aunque resaltan la necesidad que existe de plantear una oferta alternativa y, especialmente, de adecentar un espacio que se encuentra abandonado. Y es que en un paseo se puede comprobar la cantidad de destrozos que existen en el paseo que se encuentra sobre los bares de copas.

El presidente de la patronal de hostelería Horeca, Antonio de María, afirma que “el espacio en sí se creó conforme a la normativa”, pero añade que “se debe complementar con otras actividades más sanas”.

De María cree que la instalación del botellódromo en la Punta de San Felipe a partir de la Ley Antibotellón se hizo “deprisa y corriendo”, pero que ahora “tiene que haber un después” para avanzar en esta medida. De hecho, resalta que tras lo realizado en 2007 “hay que dotarle de un crecimiento exponencial en materia de ocio, pero no de alcohol”. Por ello, aboga por el aprovechamiento de los terrenos que queden en el muelle Reina Sofía para crear “una Ciudad de la Juventud”.

En cuanto a los datos recabados por la Policía Local en un informe sobre la situación de la Punta de San Felipe, considera que “inducen a pensar que aquello es Vietnam, pero no lo es”. De hecho, cree que el lugar “es seguro porque está siempre allí perenne la Policía”

De María no es partidario de la eliminación del botellódromo, ya que “eliminarlo significa que otra vez vuelva la diáspora y que se formen pequeños grupos en Manuel Rancés o en Zona Franca para hacer botellón”. Por ello, entiende que la existencia de este espacio da “facilidad para que las fuerzas del orden lo controlen”, ya que “si estuviera el botellón por diferentes lugares de la ciudad no podrían dar a basto, además de las molestias a los vecinos”. Con todo, sentencia que “las broncas las provocan el alcohol y las drogas, y no la concentración de jóvenes”.

Javier Mata, propietario de la discoteca Kings&Queens, considera que “el botellódromo no es el problema, el problema es la dejadez de la zona”. Por ello, asegura que es “lo que hay que hacer es una reforma integral” de la zona de ocio de la Punta de San Felipe. “Hace falta una limpieza, un adecentamiento. Por ejemplo, en toda la punta no hay ni una rampa de minusválidos para que suban los escalones”. “Da la casualidad de que con el gobierno de Teófila Martínez estuvo totalmente olvidada y ahora sigue estando olvidada”, sentencia.

Mata cree que la Punta de San Felipe “era más peligrosa hace 20 años”. De hecho, destaca la seguridad que supone que haya un dispositivo fijo de la Policía Local todos los fines de semana, ya que “eso es esencial para el mantenimiento de la zona de ocio. Nos da muchas facilidades ya que si aparece un energúmeno solo tenemos que levantar la mano”. Junto a esto, indica que “quitando la gente que va al Momart, que cuando se llena hay 2.000 personas, en la Punta no hay nadie los fines de semana”.

Por su parte, Ricardo Machuca, propietario de Akí te quiero, señala que “a mí el botellódromo no me perjudica”, ya que “antiguamente el botellón se concentraba en la plaza Mina o en San Francisco y a las tres de la mañana se venía la gente para la Punta. Ahora, la gente hace botellón arriba y a las tres entra en los locales”.

En cuanto a la seguridad en la Punta de San Felipe, resalta Machuca que “para mucha gente mayor esto parece como un Bronx y es una zona de movida en la que puede haber reyertas como en cualquier otro sitio, pero yo no la veo fastidiada por el botellón”. De hecho, remarca que “la presencia policial ha hecho mucho aquí” para mejorar la seguridad.

Respecto al estado de la Punta de San Felipe, considera el propietario de Akí te quiero que “la veo desaprovechada”, ya que “las infraestructuras podrían estar más adecentadas en todos los aspectos”. “Es una pena subir arriba de los locales y ver las vistas al mar que tiene”, recalca el empresario.

Este medio se puso en contacto con el Ayuntamiento para recabar su opinión sobre la situación de la Punta de San Felipe y las posibles medidas a implementar. Sin embargo, desde el Consistorio decidieron no hacer declaraciones ya que no se han nombrado a los nuevos concejales de Seguridad Ciudadana y Juventud.

El lugar adecuado para el botellón, según los jóvenes

En diciembre de 2017, el Ayuntamiento de Cádiz cerró el proceso participativo sobre el botellódromo, en el que participaron multitud de entidades y colectivos. La principal conclusión que sacaron los jóvenes que participaron en estos encuentros en torno a este espacio fue que necesitan de un espacio para poder consumir alcohol al aire libre y que el único lugar en donde es posible hacerlo es la Punta de San Felipe.

Aun así, sí destacaron que es necesario mejorar su equipamiento y sus prestaciones. Para ello, valoraron que se necesita mayor seguridad, mayor iluminación, mejorar la limpieza, la colocación de techos o lonas para resguardarlo de la lluvia y de la humedad, poner más servicios, colocar bancos o reparar la cristalera. Asimismo, también solicitaron que se adecuen los precios de los establecimientos a la economía de los jóvenes o que se planteen actividades como la música en directo o eventos culturales-educativos.

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