Memoria Democrática

Luz sobre la fosa común norte del cementerio de San José

  • En un mes de la nueva campaña de exhumaciones han aparecido los restos de nueve represaliados y dos cuerpos con signos de violencia por certificar

Imagen aérea de la fosa común norte del cementerio de San José, tomada con material de la Universidad de Cádiz.

Imagen aérea de la fosa común norte del cementerio de San José, tomada con material de la Universidad de Cádiz.

La luz se hace en la fosa común norte del cementerio de San José. Si el 17 de junio se retomaban los trabajos de exhumación, que comenzaron un año antes con aquel providencial sondeo 3 en el que se encontraron los primeros restos de represaliados, hoy, poco más de un mes después del inicio de la segunda campaña de búsqueda, ya son nueve los cuerpos de asesinados por los golpistas, y otros dos cuerpos con signos de violencia aun por certificar por el antropólogo forense, los que han aparecido en el camposanto gaditano.

De estas buenas nuevas para toda sociedad democrática que se precie dan cuenta los arqueólogos Fátima Barreiro y Francisco José Moncayo, profesionales a las órdenes de José María Gener, arqueólogo municipal, que forman parte del equipo de trabajo desde que se inició la localización de la propia fosa, una dura labor que, cada vez con más fluidez, está dando sus frutos.

Así, según informan los arqueólogos, que ayer mismo también dieron a conocer estos hallazgos a la ciudadanía en una visita con la que culminaban los actos municipales de la Semana de la Memoria, “en este mes hemos ampliado muchísimo la excavación, los operarios han hecho un gran trabajo y han avanzado mucho en la zona norte de la zanja, más o menos, en la misma zona de la otra vez, en el sondeo 3, lo que pasa que ahora este sondeo se ha convertido en algo inmenso”, reían Barreiro y Moncayo.

Es ahí donde han aparecido “nuevos cuerpos con indicios de violencia (a los que hay que sumar los 4 represaliados hallados en la campaña anterior) con lo que estamos en una zona caliente dentro de la fosa, de hecho, en ese misma zona vamos a ampliar más la excavación, unos 5 metros, hacia el oeste y el este, y también hacia abajo, porque los cuerpos se nos meten en los perfiles, en estos próximos meses”, explican los profesionales sobre una campaña cuya duración está prevista “hasta final de año”.

Por ahora, además de los cuerpos, que comenzaron a aparecer “a finales de la primera semana en la que retomamos los trabajos”, se congratulan, también han visto la luz objetos personales asociados a estos represaliados “como botones, cepillo de dientes, una cuchara... e, incluso, objetos que nos indican estas personas pertenecerían a profesiones liberales porque nos hemos encontrado con piezas como gemelos, una prótesis dental con los remaches en oro, una polvera..., elementos que no se podía permitir cualquiera”, barajan.

Arqueólogos y operarios trabajan en la fosa común norte del cementerio de San José durante este mes Arqueólogos y operarios trabajan en la fosa común norte del cementerio de San José durante este mes

Arqueólogos y operarios trabajan en la fosa común norte del cementerio de San José durante este mes

También, otra de las novedades es el calibre de las balas que impactaron en los cuerpos de los asesinados. “Tenemos balas de 9 milímetros, que son las habituales y que ya habíamos visto, pero en esta campaña también hemos hallado balas de un calibre importante, de Mauser”, explican los arqueólogos que han exhumado huesos “muy dañados” por “varios impactos de calibres diferentes” con lo que ya no nos encontramos ante “el tiro de gracia”.

“Mucho daño” también ha provocado (algo que ha quedado patente en esta campaña) “la obra que se hizo en los 70 para el arriostramiento de las cuarteladas”. De hecho, “hay algunos cuerpos de represaliados que el pilar lo tienen en el pecho, quedando bastante dañados, aunque alguno, afortunadamente, conserva los huesos largos como los fémures y se le va a poder extraer el ADN”, adelantan.

A la espera del estudio genético en el laboratorio de Granada están los cuatro cuerpos de represaliados exhumados en la campaña anterior, pero es que en la ciudad nazarí “tienen una carga de trabajo grandísima”, argumentan.

Trabajo también arduo es el que le queda al equipo compuesto además por tres operarios que estarán en el cementerio “hasta noviembre”. “Ahora nos queda seguir moviendo mucha tierra porque está muy apelmazada, de hecho, los perfiles no se caen a pesar de ser tierra. Son muchos metros cúbicos..., tantos que creo que vamos a tener que buscar otra terrera para hacer en otro lado...”, valora Moncayo fijando la vista en la terrera actual que se levanta justo al lado de la zanja abierta y con la ilusión de seguir sacando a la luz una verdad enterrada.

Pero a nuestra derecha, en algún lugar todavía indeterminado, aguardan, cubiertos de tierra, otros represaliados, los que tuvieron el triste honor de inaugurar la fosa común sur... “Esa habría primero que encontrarla y delimitarla todavía... Pero ojalá, sí, ojalá...”, anhelan.

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