A finales de la década de los años veinte del pasado siglo, con la ciudad viviendo una etapa de una relativa expansión económica, el suministro de energía eléctrica era notablemente deficiente, lo que provocaba las protestas de ciudadanos y empresarios.

En 1928, tras diversas negociaciones, el entonces alcalde de la ciudad, Ramón de Carranza, decide municipalizar este servicio. De esta forma, y no sin antes provocar el disgusto de numerosos apellidos ilustres de la ciudad socios de las compañías afectadas, compra por unos 8 millones de pesetas las instalaciones y maquinarias de la Sociedad Cooperativa Gaditana del Gas y de la Compañía Lebón, encargadas hasta ese momento del suministro eléctrico.

A la vez Carranza municipaliza también el servicio de suministro de agua potable de la ciudad. Nacen de esta forma los SMAE, los Servicios Municipalizados de Agua y Electricidad.

Curiosamente, las primeras oficinas de esta nueva empresa pública se situarán en el inmueble recién construido en la plaza del Palillero donde el Ayuntamiento montará su propia sala cinematográfica, el Cine Municipal, al considerar Carranza que este espectáculo era un valor seguro como ingreso para las arcas del municipio.

Los SMAE se convertirán pronto en una de las empresas más rentables de la ciudad, aportando cuantiosos beneficios al Ayuntamiento, lo que hoy aún ocurre.Será ya en la etapa democrática, durante el gobierno de Carlos Díaz cuando se le añada la ‘S’ de saneamiento.

En la etapa final de la gestión del gobierno socialista, la más que delicada situación económica del Ayuntamiento obligó a semiprivatizar a la empresa de electricidad, en un proceso que provocó un importante conflicto con la plantilla.

En el reparto de acciones, el Ayuntamiento de Cádiz mantuvo la mayoría de las mismas, junto a un socio financiero y a otro especializado en el sector eléctrico.En cuando al agua, la empresa se ha mantenido 100% pública.