Los distintos proyectos que ha tenido el pabellón Portillo de Cádiz en los últimos 20 años

En junio de 2008 cerró sus puertas el pabellón polideportivo Fernando Portillo, que levantó la Diputación Provincial de Cádiz en la Barriada España en los años 70 del siglo anterior. Se iniciaba entonces una operación que se creía, o se anunciaba, sencilla, que iba a durar pocos meses y que iba a dar como resultado un nuevo pabellón que ya se había presentado dos años antes (en 2006).

En julio de 2025, esta misma semana, se ha presentado el proyecto final del pabellón que a priori empezará a construirse el próximo año. Por medio hay veinte años de distancia en los que el proyecto deportivo del Portillo ha sufrido toda suerte de vicisitudes entre las que los distintos gobiernos que han pasado por el Ayuntamiento (el PP de Teófila Martínez, el Adelante de Kichi y el PP ahora liderado por Bruno García) han ido anunciando y mostrando diversos pabellones con prestaciones, capacidades y características muy diferentes entre sí.

El primer pabellón Portillo que diseñó el Ayuntamiento ya incluía el aparcamiento subterráneo (con capacidad entonces para 330 plazas) y dibujaba un edificio de 4 plantas de altura con apariencia de centro comercial en cuyo interior albergaría una capacidad para 2.500 espectadores, una piscina geriátrica de 12 metros de largo y 6 de ancho, tres salas de gimnasia aeróbica, anaerónica y multifuncional; además de las pistas propias en la cancha central, con tres zonas de equipamientos con 564 metros cuadrados.

El inicio de estas obras ya se sabe el resultado que tuvo cuando la empresa que resultó adjudicataria empezó a tener problemas que terminaron excluyéndola del proyecto con el muro de pantalla del aparcamiento prácticamente culminado, paralizando por completo las obras hasta el momento actual.

El cambio de gobierno trajo consigo, en el año 2016, un nuevo proyecto para el Portillo, que se convertía en un “pabellón de barrio” como definió el entonces gobierno de Adelante. Otorgaba el nuevo planteamiento una mayor capacidad para el suelo comercial (hasta darle 2.585 metros cuadrados en la planta baja) y reducía tanto el aparcamiento (de 10.146,95 metros cuadrados pasaba a 8.301, reduciendo una planta y dejando la capacidad en 250 plazas) como las instalaciones más allá de la pista central (de 1.728 a 1.455 metros cuadrados). La grada de 2.500 espectadores ideada inicialmente pasaba a una capacidad de apenas 216 personas, en una reducción generalizada (salvo en el local comercial) que buscaba hacer viable un proyecto que ya entonces acumulaba un considerable retraso.

Este proyecto, no obstante, se topó con la oposición municipal, que en esos años era mayoría frente al gobierno y que obligó a reconducir el pabellón ideado para asemejarse al proyecto inicial. Así, en los años siguientes el gobierno de Kichi rehizo su plan para el Portillo, dotándolo de un aforo en las gradas de 2.000 personas y llegando a presentar una propuesta a los fondos Next Generation por importe de 11,3 millones de euros.

De ese penúltimo proyecto apenas se conocieron datos, más allá de unas ilustraciones que aparecieron en tiempo electoral en las vallas que rodean el solar mostrando cómo iba a quedar el nuevo pabellón y que apenas duraron unos días ya que la Comisión Electoral ordenó retirarlas.

Finalmente, ya con Bruno García en la Alcaldía, se ha rediseñado nuevamente todo el proyecto en estos dos últimos años para dar luz al edificio que se presentó esta semana y que albergará un aparcamiento subterráneo de tres plantas con capacidad para 389 plazas; un local comercial en planta baja de 263 metros cuadrados; un graderío que tendrá un aforo máximo de 2.105 espectadores repartidos en planta baja y dos alturas; y una pista para la práctica deportiva que podrá dividirse en tres cuando no sea necesario su utilización completa; además de todo lo relacionado con vestuarios y servicios propios del pabellón cuyo coste se ha presupuestado en 19,2 millones de euros y que una vez encuentre empresa adjudicataria necesitará 30 meses de obra.

Así, el último de los Portillos presentados en este siglo XXI será una realidad, en el mejor de los casos, en el segundo semestre del año 2028, más de veinte años después (y con algunos proyectos de por medio) de que se derribara el pabellón original.