La Asociación Provincial de Hoteles de Cádiz reclama a la Junta de Andalucía que la apertura de las playas al baño se haga de forma simultánea al fin de las restricciones a la movilidad entre provincias. "Creo que se deben abrir cuando entremos en la nueva fase. No entiendo que puedas a ir a una terraza pero no a la playa", ha señalado el presidente de la organización, Stefaan de Clerck, que ha participado esta mañana en el coloquio organizado por la Confederación de Empresarios de Cádiz, donde el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, ha señalado que los ayuntamientos deben prepararse para abrir sus costas entre el 8 y el 10 de junio. Esta fecha supone un retraso respecto a las previsiones iniciales que apuntaban al 25 de mayo.

La patronal hotelera valora que la Junta muestra "su intención de colaborar con las empresas en todo lo que esté en su mano". En ese sentido, confía en que el paso a la fase 2 de la desescalada se produzca el 25 de mayo en toda la comunidad, lo que abriría la puerta a que haya libre circulación dentro de Andalucía, y permitiría abrir los hoteles al turismo autonómico. "Eso sería fantástico, pero necesitamos saberlo con anterioridad para comunicarlo a los clientes y promocionarlo", ha apuntado De Clerck. 

"Puede ser un buen comienzo para reactivar los hoteles y el empleo", ha agregado el presidente de la asociación, que ha señalado también la apuesta de la Junta por la celebración de dos grandes premios en el circuito de Jerez en el mes de julio, lo que supondría un fuerte apoyo para la temporada de verano.

Por su parte, el presidente de Horeca Cádiz, Antonio de María Ceballos, ha recordado que son los ayuntamientos los que tienen que preparar su plan de playas, y que el paso de una fase a otra no es competencia de la Junta sino que es "una decisión que viene de Madrid".

En su opinión, Juan Marín "ha transmitido confianza y en ningún momento ha intentado echar balones fuera". Para el representante de los hosteleros, las propuestas de la Junta tienen mucho sentido, como la realización de pruebas en origen para los visitantes extranjeros, que permitiría evitar las cuarentenas. "Permitiría intercambiar corrientes de viajeros entre los estados miembros y daría mucha confianza porque si vemos a un turista alemán por la calle, sabríamos que no tiene el virus", ha apuntado.