Análisis de una calle que fue emblemática

La decadencia contra la esperanza

  • Hay más de un tercio de locales cerrados en esta vía

  • El traslado de varias zonas de ocio generó el declive de la emblemática calle Ciudad de Santander

Un lugar del que no te puedes olvidar cuando hablas del pasado de Cádiz es la calle Ciudad de Santander. Esta vía lleva varias décadas siendo parte de la vida social y comercial de esta zona de la ciudad, pero por desgracia, actualmente, no se puede hablar de la misma situación.

Ya no es lo mismo, la situación ha cambiado. Ahora abundan los carteles de alquileres y venta en los escaparates de los locales que un día hicieron grande esta calle. A pesar de esto seguimos encontrando comercios que perduran tras años y años de servicio a la ciudadanía, comercios, a los que la crisis no les ha ganado.

La misma comparación que se puede hacer de la calle Ancha de hace unos años es la que actualmente hacemos con la calle Ciudad de Santander. Ambas pasaron de un comercio sólido, de locales llenos y vida alegre a ser zonas vacías donde los propietarios de los locales varían cada mes porque no ganan para mantenerse.

La peluquería Pedro Barroso tiene el orgullo de ser uno de los negocios que ha logrado mantenerse después de varias décadas en la calle Ciudad de Santander. Tras varias años con Pedro al mando del negocio, ahora es su hijo Juan el que se encarga en su mayoría. El buen trato al cliente y la calidad de su servicio hace que esta peluquería se mantenga en pie. Juan asume que la calle ya no es lo mismo que antes y reconoce que ha ido en detrimento con cada año que pasa. Hablando con él y con sus clientes, la mayoría del mismo barrio, achacan la culpa del deterioro de la calle al traslado de la Caja de Ahorros de Cádiz (Unicaja) la cual, desde los años 80, atraía a mucha clientela y lograba dar vida a la calle. Si ahora, en verano cuando la gente pasa más tiempo en la calle, los más mayores ya aprecian la pérdida de vida en la calle Ciudad de Santander, hay que esperar a invierno para, como dice Juan, ver la calle “completamente vacía”.

Otro motivo que ha podido con la calle Ciudad de Santander es el traslado del mercado de San Severiano, demolido a finales de los 90 y antiguamente situado en la esquina de Francisco García de Sola con General García Escámez. Esto supuso que la clientela del mismo ya no precisara pasar por esta calle para llegar al mercado. Tampoco se puede pasar por alto el cierre y posterior demolición del Pabellón Portillo en 2008, que hacía que mucha gente precisara pasar por la calle Ciudad de Santander al igual que sucedía con el mercado.

Todo esto ya era suficiente para que la calle funcionase por sí misma, aún así se le seguían añadiendo zonas de ocio que servían para iluminar más si cabe esta calle. El Cine Gaditano, situado en la esquina de Brunete con la Calle Ciudad de Santander donde ahora está el salón de juegos Codere, provocó tras su cierre otras de las grandes disminuciones de público que se acercaba por esta calle y de paso se paraba por los comercios de la zona.

La misma calle Ciudad de Santander se comunicaba con la paralela General García Escámez por el pasaje María del Carmen González. En el pasaje, aunque cuente con reducido tamaño, se dificulta la tarea de encontrar negocios abiertos en los que adentrarnos a comprar. El lugar ha pasado a ser oscuro y tenebroso, sin la luz propia que lo caracterizaba, con lo que provoca que los viandantes decidan no pasar por él.

Un negocio que ha conseguido superar estos peldaños, al igual que la peluquería Pedro Barroso, es la tienda de electrónica Valmar, en la que ahora trabaja Pedro Ceballos. El dependiente no cree que los problemas solo sean los traslados anteriormente comentados, también opina que esta es una situación que afecta a todos los negocios de Cádiz, y no solo a esta calle. Deduce que los negocios pierden clientes por culpa de las grandes empresas que acaparan muchos mercados y ofrecen productos baratos y envíos a domicilio en poco tiempo.

“Empresas como Amazon deberían tener un máximo de beneficios para dejar negocio a los pequeños comercios”, comenta Pedro Ceballos. Entiende que empresas como Amazon acaparan gran parte del negocio que antes tenían las pequeñas empresas. Sus facilidades de venta a domicilio y sus precios más asequibles provocan beneficios a las personas ya que ahora no tienen que ir buscando tienda por tienda lo que necesitan, sino que lo tienen al alcance de un clic.

Estos dos negocios coinciden en la idea de una calle que no mejora y va en decadencia. La situación es como “la pescadilla que se muerde la cola”. Ambos señalan los altos precios de los alquileres como una de las causas del cierre de tantos negocios en la calle Ciudad de Santander y, al igual, creen que esta situación no tiene apariencia de mejora sino, más bien, lo contrario. Juan Barroso cree que una bajada del precio de los alquileres ayudaría a que más personas se inclinasen por crear negocios y, así, invertir la situación actual.

Con la característica esencial de ser una calle en la que puedes encontrar cualquier tipo de producto o servicio que busques, Ciudad de Santander lograba que los casi 400 metros que tiene de longitud sirviesen a modo de centro comercial. Al igual que ahora se va a uno de estos centros, antes en esta calle se podía encontrar todo. Hoy en día perdura esa esencia. Podemos hallar desde tiendas de frutos secos, hasta tiendas de muebles, pasando por peluquerías, cafeterías y hasta una autoescuela.

La tienda de frutos secos Juanito, abierta en 1992, ha conseguido tras más de 25 años posicionarse como uno de los míticos comercios de esta zona. Muchos son los años que lleva ofreciendo golosinas, patatas, frutos secos y refrescos a varias generaciones y cualquiera podrá tener un recuerdo comprando en esta tienda. Con esto, cualquier niño, adolescente o adulto de la zona recordará ir a comprar a esta tienda. El dependiente cuenta cómo las ventas se han visto también disminuidas.

Al igual que otras tiendas hablaban de la aparición de Amazon, Juanito achaca parte de la culpa a la proliferación de los chinos, tiendas que en caso de existir antes podían ser contadas con los dedos de una mano. Siguiendo con la idea de los negocios tradicionales anteriormente comentados, apreciamos que la tienda de frutos secos Juanito no es menos y se suma a la opinión de que esta calle no volverá a ser lo mismo.

En una calle en la que un tercio de los locales están cerrados se nota que algo falla. Pero no todos opinan de esa manera. Hay personas que siguen pensando que la calle Ciudad de Santander es el lugar idóneo para el desarrollo de sus negocios. Así sucede con Momo, tienda que se dedica a la venta de muebles y que abrió el pasado 3 de junio.

José, su dependiente, afirma que decidió asentar su negocio en esta calle dado el precio y el estado del mismo. Sigue creyendo que el traslado de importantes puntos de ocio son muy problemáticos para los negocios.

En anteriores tiendas José ha observado como con el simple hecho de tener un paso de peatones delante de la puerta lograba que la clientela se fijase más en su negocio. En contra de las expectativas de los negocios más asentados en la calle, José opina que la calle volverá a ser lo que era antes. Afirma que su alquiler no es caro para todo lo grande que es el local, pero entiende que nadie es capaz de pagar todos los meses un alquiler de 3.000, y cualquier negocio ante esto se ve en la obligación de cerrar.

La calle Ciudad de Santander posee las características idóneas para volver a ser lo que era. Una zona con muchas casas, lo que provoca clientela, en la que si se lograsen llenar todos los locales vacíos con cafeterías y nuevos comercios podrían reavivar la calle. No parece ser una situación con una rápida solución, pero seguro que a todo Cádiz le gustaría ver de nuevo una rejuvenecida calle Ciudad de Santander.

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