La campaña de rebajas

El comercio afronta "un gran verano de ventas" gracias al turismo

  • La campaña de rebajas ya no tiene la relevancia de años pasados

  • El sector tradicional rechaza la extensión de las ofertas a todo el año

Jornada de rebajas el pasado año

Jornada de rebajas el pasado año / Julio González

El Corte Inglés ha iniciado este viernes las rebajas de verano. Siempre la fecha de comienzo ha sido el 1 de julio, cuando las puertas de los grandes almacenes abrían sus puertas con decenas de clientes, ansiosos, esperando para entrar y ser los primeros en adquirir el producto convenientemente rebajado. Pero las tradiciones también cambian y lo que antes era una fecha intocable para determinadas firmas, ahora cambia, se adelanta, por aquello de posicionarse antes que la competencia.

Lo cierto es que las rebajas ya no son lo que eran. La liberalización de las rebajas permite ahora campañas a lo largo de todo el año, aunque cambiando de nombre, lo que ha acabado por restar novedad a las ofertas de verano y, también, a las iniciadas tras la campaña de Reyes.

Los más afectados por esta liberalización siguen siendo los empresarios que mantienen en pie, en todo el país, al comercio tradicional. Tienen que competir con auténticos monstruos del comercio capaces de poner sobre la mesa una oferta extensa de productos rebajados, en grandes tiendas, con posibilidad de abrir festivos y domingos (permitidos por la ley) y con disponibilidad de hacer campañas de promoción publicitaria. 

"A efectos reales ya hay descuentos a lo largo de todo el año, por lo que estas rebajas han dejado de ser el imán en generación de ventas que era hasta hace poco", destaca Manuel Queiruga, presidente de los comerciantes gaditanos y al frente del principal centro de ventas del comercio tradicional en toda la provincia, como sigue siendo la capital. Esta circunstancia lleva a este colectivo a reclamar, una vez más, el retorno de la anterior normativa, aquella que sólo permitía rebajar en los periodos de verano y tras las fiestas navideñas, eliminando campañas intermedias en el resto del año.

En todo caso, las rebajas veraniegas sí tienen un efecto positivo, también en estos locales, en cuanto supone aprovecharse del tirón de usuarios que acompaña a las grandes cadenas.

Más allá del efecto rebajas, el comercio tradicional en Cádiz se apoya cada vez más en el turismo que visita la capital y que va en aumento año tras año y fuera también de la temporada estival.

Queiruga hace así un balance muy positivo de las ventas en los primeros seis meses del año. "Estamos muy contentos. Se ve que Cádiz está de moda, lo que se ve en un aumento cada vez mayor del tráfico de personas (la asociación ha puesto en marcha un dispositivo que permite contar el número de visitantes en distintas calles de la zona comercial). Y las perspectivas de cara al verano son igualmente muy buenas. Ahí están los datos de ocupación de hoteles y apartamentos turísticos".

Destaca el empresario que la publicidad positiva que Cádiz ha recibido en la prensa nacional e internacional se nota incluso en muchos turistas, "que llegan con los artículos recortados, como el publicado en The New York Times, buscando las tiendas mencionadas en los mismos". Porque, y aquí se está produciendo también una evolución muy notable, el nuevo turista ya gasta dinero en un elevado porcentaje, y no se limita a pasear y a tomarse un refresco en una terraza, una imagen más centrada en quienes vienen unas horas procedentes de los cruceros.

"El comercio tradicional está explotando cada vez más al turismo, lo que nos hace ser muy optimista de cara a este verano", concluye Queiruga.

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