Cambio de inercia en Cádiz

El desbloqueo de la operación del nuevo hospital confirma una tendencia positiva en la ciudad respecto a los grandes proyectos pendientes por las administraciones que acumulan años de parálisis y retrasos

Casetas de obras en Valcárcel, signo inequívoco del inicio de la rehabilitación del edificio.
Casetas de obras en Valcárcel, signo inequívoco del inicio de la rehabilitación del edificio. / Julio González

Cierto es que aún no se puede dar nada por hecho, por conseguido. Bastante experiencia tiene esta ciudad en ver (sufrir y padecer) proyectos que estaban prácticamente en marcha y que sufren un revés donde y cuando menos se esperaba para volver a la casilla de salida. Cierto es que aún quedan muchos pasos por delante, muchos avances administrativos, muchos procesos burocráticos; y que luego le deberán suceder muchos meses de obras donde también puede pasar de todo. Pero poniendo por delante todas las precauciones posibles para no caer en la euforia, no es menos cierto que el escenario de la ciudad ha cambiado. Y de qué forma.

En los últimos meses venimos asistiendo al desbloqueo -lento en ocasiones, tímido en otras, con ciertas dudas por momentos- de aquellos grandes proyectos de la ciudad que llevaban años paralizados y que incluso parecía que no tendrían solución. Un cambio de inercia para Cádiz, que ahora sí empieza a ver que las cosas salen adelante.

El caso del futuro hospital ha sido el último ejemplo. Una lotería que ha caído en la ciudad de la mano de la ministra de Hacienda (y candidata socialista a presidir la Junta de Andalucía, que puede ser un factor clave en esta jugada), María Jesús Montero. “La Zona Franca de Cádiz va a ceder gratuitamente el suelo donde se puede instalar el nuevo hospital de Cádiz”, fueron las palabras que pronunció el viernes Montero, borrando de un plumazo tantos años de disputas, de negociaciones, de conversaciones a ninguna parte, de cifras inmobiliarias y trueques de suelos y parcelas que estaban yendo a ninguna parte. De repente, lo que parecía imposible (un acuerdo entre las administraciones central, autonómica y municipal para dar la debida legalidad al suelo donde debe construirse el centro sanitario) se solucionó en un suspiro, por la puerta rápida, en la antesala de la inauguración de Incubazul que quedó completamente opacada por el anuncio.

Lo ocurrido el viernes con el hospital puede ser la confirmación de ese cambio de inercia que se está produciendo en la ciudad. “La ciudad estaba de algún modo resignada porque los proyectos no estaban saliendo; y eso ha cambiado”, reflexionaba el alcalde, Bruno García, el viernes.

¿Y qué parte de ‘culpa’ tiene el alcalde en este aparente cambio de tendencia? No quiso García “colocarme ninguna medalla”, pero sí recordó que cuando llegó a la Alcaldía en junio de 2023 estaba “empantanado” el hospital, Valcárcel, la Ciudad de la Justicia, el Portillo, el Parque Genovés y su entorno, Náutica “y algunas cosas más”. “Y en todos esos sitios hemos actuado, hemos conseguido que haya diálogo entre las administraciones, que se lleguen a acuerdos, que se aporten presupuestos… Y en todo eso hay ya una solución real”, analizó.

Ciertamente, poco a poco se van desenredando esas grandes deudas pendientes que tiene la ciudad y que estaban en manos -o en cajones- de las administraciones central, autonómica, provincial o local. En el hospital, la solución aportada ahora por Zona Franca requiere simplemente redactar y firmar un convenio con la Junta de Andalucía para la cesión de la parcela en cuestión; y una vez se cierre este trámite, la administración autonómica podrá iniciar la redacción de los proyectos básico y de ejecución en base a ese plan funcional que aseguran ya está elaborado. No hay plazos ni fechas, pero es de esperar que a lo largo de 2026 se firme ese convenio, y que no más allá de 2027 estén los proyectos para proceder a licitar la obra.

Otro de los grandes proyectos que ya está en vías de solución es Valcárcel. Precisamente, estos días ha empezado a prepararse la obra que intervendrá en la estructura del edificio y en su fachada, y que derribará las naves traseras. Tras años cerrado y numerosas vicisitudes pasadas, el histórico edificio que se convertirá en sede universitaria ya está en obras, que tienen un año de duración y que financian Junta y Diputación.

En obras va a estar también en los próximos días el muelle, para dar comienzo a la ansiada integración en la ciudad. El acercamiento de la dársena a Canalejas y San Juan de Dios que ha proyectado la Autoridad Portuaria empezará a hacerse realidad en cuestión de días, cuando comience los trabajos previstos la empresa Construcciones Pérez Jiménez para crear un amplio espacio (de más de 22.000 metros cuadrados) con establecimientos de hostelería, zonas de juegos infantiles, de descanso, de aparcamiento de autobuses para cruceristas o de pequeños eventos y de exposiciones al aire libre. Una obra que también tiene un año de ejecución prevista.

Para finales de año se espera otro inicio de obra importante, el de la Ciudad de la Justicia. En concreto, asumirá la Junta la rehabilitación de los edificios históricos que se conservarán y se transformarán para el nuevo uso previsto, mientras sigue avanzando la tramitación de esa propuesta público-privada por la que un inversor construirá la nueva sede judicial a cambio de un canon anual y de asegurarse el contrato de limpieza, seguridad y mantenimiento. Una operación de enorme calado cuyo coste asciende hoy a 228 millones de euros (si se suman los 42 millones de euros presupuestados para la rehabilitación de los edificios, otros 5 millones para el equipamiento que necesita esta infraestructura judicial, y los 6,7 millones propuestos de canon anual a la empresa que construya el nuevo edificio durante un período de 27 años).

En un ámbito de trascendencia mucho menor, el alcalde también se refería el viernes a otros proyectos o espacios de la ciudad que estaban igualmente paralizados desde hace tiempo y que ya parecen encaminados a resolverse. Y destacó especialmente el entorno del Parque Genovés, con una rehabilitación de la pérgola que está a punto de adjudicarse (por casi 1 millón de euros) para dotarla además del doble de locales en la planta baja, con miras a implantar la actividad de hostelería que puede ser el revulsivo que necesita esa zona; o con un teatro al aire libre que ha pasado también numerosas vicisitudes y que ya tiene empresa para encarar la fase final de las obras, con la vista puesta en la temporada de verano de 2026; además de la intervención en la reja exterior, el mobiliario interior y las zonas verdes del propio parque.

Y en materia de desbloqueo de asuntos pendientes en la ciudad, hay que reseñar también el solar de la antigua Subdelegación del Gobierno, que después de décadas sin movimiento está a un paso de adjudicar al fin las obras (el pasado julio finalizaba el plazo de presentación de ofertas para ejecutar este proyecto que supera los 18 millones de euros) para construir un nuevo edificio que reunirá a un buen número de sedes de la administración del Estado repartidas hoy por toda la ciudad y que creará además, junto al edificio de Hacienda, un espacio público con mobiliario para, de algún modo, completar urbanísticamente la Avenida principal.

Hospital, Valcárcel, Ciudad de la Justicia, integración muelle-ciudad… La eterna lista de deudas pendientes de las administraciones con Cádiz parece ir tachando cuestiones poco a poco, en un claro cambio de tendencia que está experimentando la ciudad. “Ahora pido a todas las administraciones que cumplan. A todas”, lanzaba el viernes el alcalde. Que así sea.

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