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Cádiz/Las primeras impresiones tienen tanto de injustas como de definitivas. Pregunten, si no, por Cádiz Fenicia, al que ni la buena acogida de su programa de conferencias científicas, exposiciones o rutas y recreaciones históricas, con pases agotados y cupos llenos, han logrado desprenderle la pátina de desaprobación que generó su pasacalles inaugural. Así, sea más o menos veraz esta percepción, la realidad es que desde la ciudadanía gaditana emana la sensación de que el Ayuntamiento de Cádiz, responsable de esta cita con la que también debuta su programa cultural Orgullos@s de nuestra Historia, se la juega con el “macroespectáculo” que ha preparado junto con La Fura dels Baus como gran atractivo del festival.
Una cita de acceso gratuito –por tanto, se espera que multitudinaria–, confeccionada por una reconocida compañía experta en crear espectaculares movimientos de grandes grupos de personas –a los que en muchas ocasiones hace volar–, y que tendrá lugar este sábado en la playa de La Caleta, ese trozo de arena bendecido por las vistas, predilecto para resguardarse del levante, pero expuesto a cualquier otra inclemencia meteorológica.
Las predicciones, de hecho, y como es habitual en esta ciudad tocada por los vientos, cambian por día. Si no se habla de lluvia para el sábado, sí se pinta su símbolo sobre el viernes, jornada, recordemos, dedicada al ensayo general de esta pieza que, por lo que ha trascendido, consta de diferentes partes que deberían enlazarse con la mayor fluidez posible entre sí. Y para eso están los ensayos. Los siempre necesarios ensayos.
Nada debe fallar en Gadir, el resurgir de los fenicios –así se rotula el espectáculo– sobre el que se posarán miles de ojos no siempre tiernos. No por maldad, no, sino porque en la mirada de la viejita de Occidente, ya se sabe, la carga supera siempre la pena. La cara y la cruz de una misma virtud, la de la predisposición a la alegría. Esa que saca al gaditano a la calle casi para cualquier evento, es esa misma que lo incita a sacar punta de cualquier situación.
Humor, y edad, que los 3.000 años son un grado. Y es que Cádiz no perdonó la carta de presentación de Cádiz Fenicia no sólo por un desfile azotado por un levante que no se había rebelado/revelado en todo el verano, también porque éste no llegó a tapar ciertos aires de desorganización y falta de reacción que se captaron al momento.
Con todo, una parte de la ciudadanía ha sabido aprovechar una semana con interesantes citas culturales. Lo dicho, las conferencias con un buen registro de asistencia en el Teatro del Títere; los cupos llenos en las rutas turísticas y en las recreaciones; una interesante acogida del Espacio Entrecatedrales y de las visitas nocturnas a Gadir... Pero para el ciudadano medio, ese que se siente más cómodo en las capas más externas que en las cotas más profundas de Gadir, Cádiz Fenicia se juega su imagen –puede que también más o menos matizada con el resultado que dé el Mercado Fenicio del Parque Genovés– en este espectáculo por venir donde el talento gaditano, por cierto, también estará muy presente.
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