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CRÍTICA DE ARTE

Transfronterizos

Los tres autores junto a Javier Rioyo.

Los tres autores junto a Javier Rioyo. / D.C.

La realidad artística, esa que ilustra de forma fidedigna lo más inmediato, sólo tiene dos vías de manifestación, la buena y la mala; la primera, la que está sujeta a los máximos conceptos artísticos, a la verdad absoluta del hecho creativo; la segunda, la que plantea mínimamente posiciones efectistas sobre el modelo representado, la que busca únicamente encuadres, más o menos, fidedignos con las concreciones en las que se fijan. Carmen Bustamante, Manolo Cano y Joaquín Hernández ‘Kiki’ son artistas que, desde siempre, han mostrado la verdad del arte, la plasmación de los valores intrínsecos del gran arte, de la pintura esclarecedora que magnifica la propia realidad de la que parte. Realidad artística que desentraña formas y asuntos cercanos y que los pone de manifiesto con unos planteamientos creativos llenos de intensidad y suma potestad.

El Instituto Cervantes de Tánger tiene como director a Javier Rioyo, ese intelectual nato que dirigió, entre otros, un programa de culto en la Cadena SER que abrió en la radiodifusión española, además de los propios caminos informativos, otros de índole cultural. Fue, también, director de cine y guionista muy laureado.

Antes de dirigir el Instituto de Tánger, lo hizo en el de Nueva York y en el de Lisboa. En la ciudad marroquí abre las puertas a lo mejor de la cultura y a la gente que la hacen posible. Conoce muy bien lo que ocurre en la cultura de las dos orillas del Estrecho y es capaz de atraer a los más grandes artistas para abrirles las puertas de ese universo de esencias que transcurre allí donde los horizontes se magnifican y amplían. Por eso, ha hecho posible esta exposición de tres artistas gaditanos a los que une el amor desmedido por las tierras de Marruecos y su límpidas perspectivas.

Carmen Bustamante es artista de raza; pintora pintora, de las que sabe clarificar como nadie la representación sutil de la realidad. Con un espectacular dominio de la técnica pictórica, la artista demuestra en todos los aspectos la mayor sensibilidad; su obra es todo exquisitez, sensibilidad suprema y absoluta contundencia formal. Es la pintora de la luz, de la arena, del agua, del mar, de la orilla; es la pintora de un tiempo que parece detener su discurrir; la pintora de los espacios silentes, de las orillas pisadas, de la espuma. Paisajes de esta orilla y de aquella, de Cádiz, de Assilah, de Merzouga y de Tánger. Es la artista del tiempo y del espacio, de la luz... de la vida. Una pintora que posee ese lenguaje particular, indiscutible, que no deja indiferente a nadie y que hace al espectador sentir la suprema emoción hacia una pintura llena de intensidad y absoluto poder artístico.

Sala de exposiciones en el Instituto Cervantes en Tánger. Sala de exposiciones en el Instituto Cervantes en Tánger.

Sala de exposiciones en el Instituto Cervantes en Tánger. / D.C.

Manolo Cano es otro pintor en quien confiar siempre; un pintor con un oficio determinante; con una sabiduría artística fuera de serie; poseedor de uno de los mejores dibujos que existen. Artista, además, capacitado para afrontar cualquier situación por difícil que esta fuere. Así, lo hemos visto como un pintor afortunadísimo de los bellos caseríos gaditanos, esos que encierran la historia de una ciudad reposando en la sombra silente de las casapuertas y guardada por la soledad aplastante de los sobrios aljibes; también como pintor de todo cuanto era susceptible de mostrar la realidad de lo más inmediato; pero como, asimismo, le precede una técnica aplastante y una calidad artística sin fisuras, ha sido capaz de establecer las posiciones plásticas de un esencial abstracto con la materia jugando papeles de poderosa gestualidad y suma emoción artística. Ahora, con la madurez sabía y lúcida asumiendo su máxima potestad de artista en ejercicio, plantea una pintura de máximos, con el dibujo estructurando una realidad particular que le sirve como base para recreaciones sublimes de felicísimos bodegones de frutas, sandías, rábanos o papas. Bellísimos burritos, solos o en un grupo, que dejan entrever los postulados de un artista sabio y sin resquicios plásticos. Un artista total, capaz de todo, que siempre da un paso más y sabe maravillar con una pintura elegante, sobria y rigurosa.

El tercer artista gaditano que ocupa el espacio expositivo del Instituto Cervantes de Tánger es Joaquín Hernández ‘Kiki’, un fotógrafo que lleva toda la vida descubriéndonos las ciudades, las gentes y sus infinitas circunstancias sociales. Kiki es ilustrador de lo real y de la realidad, de la gente sencilla y de lo mucho que ésta descubre. Capta todos los matices de la existencia. Su vida como fotógrafo de prensa le ha hecho, además, saber dónde está lo más sugestivo de lo que acontece; la verdad de la vida, el discurso social de la gente, sus trabajos, los oficios ancestrales, los modos de vivir. Y lo hace sin afectación, a las claras, enfatizando los rasgos, dejando que la dura realidad muestra sus máculas y manifieste sus infinitas circunstancias. Kiki es fotógrafo de verdades realizadas sin matices; G de posiciones descarnadas, de asuntos vivos que abren las máximas perspectivas de un relato existencial sin medias tinta

Transfronterizos es una exposición que marca las posiciones comunes que existen en la dos orillas de un territorio con infinitos argumentos igualatorios. Carmen Bustamante, Manolo Cano y Joaquín Hernández, ‘Kiki’ son artistas de aquí y de allí y que, con sus obras, nos sitúan en los espacios sin límites donde la frontera puede ser sólo un mero accidente geográfico.

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