La primera tesis doctoral llegó en el año 1980. Poco después la Universidad de Cádiz contó con sus primeros catedráticos, Juan Gibert Rahola y Sol Carrasco; también los primeros convenios con empresas para la transferencia del conocimiento, en este caso con dos bodegas, las de Domecq y Osborne. Uno tras otro para llegar a 40 hitos para cumplir los 40 años de historia. Como dijo Juan Gibert, “hice de matrona en este parto difícil que fue la Universidad de Cádiz en 1979” y hoy ya es un adulto que ha recibido el legado de todos aquellos pioneros.

La Universidad de Cádiz precisamente lo que ha querido este martes es hacer un recorrido por 40 momentos relevantes en investigación conocimiento, transferencia, innovación y divulgación a lo largo de sus cuatro décadas de historia. Allí han estado los representantes institucionales, como el propio rector de la UCA, Francisco Piniella; el presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, José Carlos Gómez; y el delegado territorial de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Alberto Cremades. Pero también han asistido muchos de los protagonistas de todos esos hitos, algunos de los cuales se convirtieron después en rectores como es el caso de Guillermo Martínez Massanet, Diego Sales y Eduardo González Mazo.

En el acto celebrado en el Edificio Constitución de 1812, Piniella ha lamentado que muchos de los actos que estaban programados para el 40 aniversario han tenido que ser suspendidos por la pandemia pero éste “teníamos claro que debíamos celebrarlo, porque en él nos reconocemos todos y porque testimonia con claridad el propósito y la existencia de la Universidad de Cádiz como institución”.

Piniella ha afirmado que cuando una institución inicia su camino, como fue lo que pasó en 1979, “necesita de emprendedores, pioneros y personalidades sagaces para que coloquen sus huellas en caminos no transitados”. Estos son los que, a juicio del rector, “están detrás del primer artículo publicado en revista de gran impacto, del primer proyecto internacional, de la primera patente, de la primera spin-off...”. Luego, iniciado el camino “queda la inquietud y la responsabilidad de querer seguir siendo los primeros”.

Piniella ha hecho un guiño a la situación actual que se vive, la que ha calificado como “tormenta terrible”. En este sentido, ha señalado que nadie preveía la realidad que hoy vivimos “ni lo mutante de los escenarios que en tiempo real hemos ido viviendo desde marzo hasta aquí”.

Por todo ello, en un momento en el que estamos inmersos en la incertidumbre, “el mundo entero se agarra a la tabla de la salvación de la ciencia. No supimos ver la puerta de entrada de la pandemia pero tenemos claro cuál es la puerta de salida: la ciencia”.

Y ante ello, ha lanzado un mensaje a la políticos: “igual de disparatado sería que el olvido inmunizara la conciencia de nuestras elites dirigentes que apelan a la ciencia cual bálsamo de Fierabrás en momentos de dificultad pero que luego arrinconan de las prioridades de sus políticas”.

José Carlos Gómez también ha hecho un discurso parecido en este aspecto cuando señaló que cuando llegan los momentos de crisis, los primeros recortes llegan a la educación y a la investigación.

Alberto Cremades, mientras tanto, ha destacado que era un día “para reconocer el gran potencial de nuestra universidad en relación con la investigación y la ciencia que, no puedo menos que desear, que se traduzca en una transferencia a las empresas de la zona y que, de esta manera, dinamice nuestro tejido económico y beneficie, en última instancia, a toda la sociedad”. 40 años de historia que se ha ido escribiendo a base de conocimiento.