Último adiós a Enrique Orozco, el referente de los capirotes

Hace algo más de tres años cerró sus puertas uno de los negocios más antiguos de la ciudad: la cestería Orozco, enclavada en la calle Cristóbal Colón. Fue el primer negocio dedicado al mimbre que abrió en la ciudad, y un siglo después (el Jueves Santo de 2008) fue el último en cerrar, habiendo tenido abiertos durante una época varios locales en la ciudad. Su propietario, Enrique Orozco Acuaviva -tercera generación al frente de la empresa, que inició su abuelo materno y que después prosiguió su madre hasta que le tocó el turno a él y finalmente a su hija Encarnación-, falleció a finales del pasado mes de julio a los 85 años de edad. Y sus familiares y amigos le darán hoy el último adiós.

La misa de funeral por el alma de este empresario gaditano que durante muchos años fue el referente de los capirotes que vestían los penitentes durante la Semana Santa se aplicará en la iglesia de San Agustín a las ocho de esta tarde.