Desde el equipo de Gobierno se ha venido insistiendo siempre que estaban seguros que iban a conseguir vender los locales destinados a la tribuna del Estadio Carranza. Siempre han apuntado que han enseñado en innumerables ocasiones el espacio y que ha habido algunas operaciones que han estado muy cerca de concretarse. Sin embargo, hasta ahora no ha cristalizado nada y el asunto ha pasado a entrar de lleno en la polémica política, a lo que contribuyó que se incluyera en los presupuestos del año pasado pese a los avisos de los partidos de la oposición.

Ahora mismo el equipo de Gobierno tiene dos salidas. Por un lado seguir con la misma fórmula de la contratación directa que tiene ahora mismo abierta, es decir, seguir buscando o que le llegue un inversor que pague religiosamente los 9,8 millones de euros y se quede con todo el espacio para construir un hotel.

La segunda de las vías sería realizar un nuevo pliego de condiciones para facilitar su venta y donde se podría , entre otras cosas, dividir en módulos todo el espacio y sacarlo a la venta a un precio inferior, aunque lo más complicado es que se pudiera dedicar a hotel, por lo que ya habría que entrar en otras consideraciones urbanísticas.

De momento, el último intento para colocárselo a la Zona Franca ha fracasado, por lo que ahora tendrán que examinar otras vías alternativas.