Movimiento vecinal Distinción

Premio a los más veteranos

  • A un año de su cuarenta aniversario, la asociación de vecinos San Lorenzo del Puntal recibe el reconocimiento de la Junta con motivo del Día de Andalucía

Falta poco más de un año para que la asociación de vecinos San Lorenzo del Puntal cumpla las cuatro décadas de existencia y ha recibido el reconocimiento de la Junta con motivo del Día de Andalucía. Un reconocimiento a la trayectoria de una de las entidades vecinales más antiguas de España y la decana de Cádiz, y también, según subraya su presidente desde el año 94, José Manuel Hesle, "al equipo. La coordinación no puede eclipsar lo que hace el resto de la gente, y aquí hay un buen equipo de gente de diferente sentir y condición, pero con una ilusión grande".

Será esta última directiva la que recoja el galardón que no sólo se han ganado ellos, sino las personas que han pasado por la entidad desde el año 69 y que han ido dejando tras de sí un "legado" que ha servido para sus descendientes; entre ellos, el de ir negociando con todos los colectivos con interés en los asuntos que les preocupan, algo heredado de los tiempos en los que había que medir, forzosamente, las palabras.

El 3 de mayo del 69 surge la entidad, cinco años después de que las leyes de la dictadura consintieran un asociacionismo estrechamente vigilado. Los pioneros (Hesle menciona al presidente de la comisión gestora, Juan García Vela, padre del actual delegado provincial de Salud, Hipólito García, y al primer presidente, Manuel García Barra), tenían que dirigirse al entonces Gobierno Civil cada vez que querían celebrar una junta directiva o asamblea.

En estas condiciones empieza la andadura de una entidad que fue conocida como el "club de los viejos". Club, porque no había más referente en el barrio que el Alcázar, y viejo, porque la gente percibía que eran mayores que los anteriores pese a que la media de edad (entre 35 y 38 años) no debía diferir. Este mal llamado club luchó entonces por el asfaltado y el alcantarillado del que carecía Puntales, y negoció con Industria para terminar con el carbón en una central térmica que asfixiaba literalmente al barrio. Creó también un parque infantil en un tiempo en el que nadie se planteaba que las mujeres necesitaran descansar de los pequeños. Para materializar esta iniciativa tuvieron que llegar a un acuerdo con Schweppes, que mantuvo el parque a cambio de que los vecinos distribuyeran tónicas por los establecimientos del barrio.

Esta primera fase concluyó cuando el Obispado necesitó y reclamó el local cedido a la asociación, en el 74. La entidad consigue un suelo de Renfe, donde se autoconstruyó -durante cuatro años, con la colaboración de la Alcaldía (que aportó ladrillos) y la Base Naval (mano de obra voluntaria) y pese a las burlas de algunos insolidarios- su sede, que quedó lista en el 78.

En la década de los 80, el movimiento vecinal se sumió en una crisis generalizada: las corporaciones locales ficharon a los que hasta entonces lo engrosaban y algunos, una vez en el cargo, consideraron que este tipo de participación ya no era necesaria. Puntales también sufrió esta crisis y la sede quedó para bodas, bautizos y comuniones baratos.

De este periodo, relata Hesle, se sale en la década de los noventa con esfuerzo. Los que estaban dispuestos a recuperar una entidad que nada tuviera que ver con lo que había sido en los últimos diez años hablaron con todos los colectivos de Puntales, y de ahí surge un Plan de Barrio hoy ejecutado al 95 por ciento: falta la continuación del paseo marítimo hasta el fuerte de San Lorenzo y la circunvalación del barrio. Entre los logros de esta última fase está, además, la consecución de las alegaciones del Plan General de Ordenación Urbana del 95. Para el futuro quedan retos pendientes como el albergue, el hotel o algunos edificios de vivienda. Hesle cree que la asociación se enfrenta ahora a una nueva fase, en la que deberá luchar por adecuar el barrio a la demanda que generarán los nuevos equipamientos (hospital y Medicina) y ponerlo en valor con motivo del Bicentenario.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios