Pepe el del Séneca

Los allegados dicen que José Quijada, desaparecido el sábado en Marruecos, es un hombre que no pasa desapercibido

José Quijada.
M.m.a. / Cádiz

24 de diciembre 2010 - 01:00

José Quijada Sánchez nunca ha sido una persona que haya pasado desapercibida por la vida. Pepe el del Séneca, como mucha gente le conoce, tiene un talante bromista y muy abierto y por eso su esposa, Isabel Fernández de la Vega, le extraña aún más que nadie lo haya visto desde que el pasado sábado se le perdiera la vista en Tánger después de que fuera a la ciudad norteafricana para comprar género para su establecimiento de artículos importados de cuero en la calle Ancha.

En el día de ayer al otro lado del teléfono el "no hay novedades" recorre la línea con un tono apesadumbrado. La incertidumbre es una de los peores estados en los que se puede encontrar una persona y en la familia de José Quijada no pueden entender que su rastro haya desaparecido de esa manera.

La policía tiene constancia de que llegó hasta el barco. Pero poco más se sabe.

Pepe el del Séneca es un gran amante de los animales. En torno a su comercio de la calle Ancha siempre ha habido algún que otro perro que lo acompañaba a todos lados. En este viaje a Tánger no podían faltar un chihuahua llamado Lolo ni el yorkshire Mickey.

Isabel Fernández de la Vega habla de su marido como una persona poco independiente en el aspecto de que prácticamente para cualquier paso que daba la llamaba. Por todo ello le alarmó aún más que José Quijada, que cuenta con 65 años de edad, no diera ninguna señal desde la última vez que hablaron a las cuatro y media de la tarde del sábado, pocas horas antes de que desapareciera.

Tampoco ha pasado desapercibido en la vida por su carácter a veces excéntrico. Hay gente que lo recuerda hace años paseando por la calle Ancha con una especie de pañuelo en la cabeza y con mono en el hombro, que era el centro de las miradas de todo el mundo.

Pepe el del Séneca tiene cinco hijos. Uno de ellos tiene un establecimiento similar en San Fernando y es el que se ha movido estos días y ha viajado a Tánger para indagar sobre los pasos que dio su padre. Varios de ellos viven fuera de Cádiz.

De momento a José Quijada, de 65 años de edad, parece que se lo ha tragado la tierra.

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